Un guardia civil, una funcionaria y dos pinchadiscos, junto con otros cuatro individuos, se tendrán que sentar el lunes en el banquillo de los acusados para responder de seis presuntos delitos de tráfico de drogas. El fiscal pide para todos ellos penas que suman casi 30 años de prisión.

De acuerdo con el escrito de acusación del representante del Ministerio Público, al menos desde enero de 2012, los dos pinchadiscos aprovechaban su condición de personas conocidas en el mundo de la noche para traficar con drogas a pequeña escala. Las sustancias estupefacientes se las vendías a los asistentes a las discotecas.

Estos dos encausados acordaron la introducción de ketamina por medio de un paquete postal. El envío había sido interceptado por la Guardia Civil en Barajas, aunque siguió su curso hacia Palma. Un juez de Vitoria autorizó su entrega controlada a la banda de narcotraficantes. Los pinchadiscos contaban con la supuesta colaboración de una funcionaria de correos, que les debía alertar de la llegada de la droga.

Los dos cabecillas de la banda sospecharon que podrían haber sido descubiertos. Por este motivo, los pinchadiscos solicitaron a un cómplice, a la sazón guardia civil, para que se interesara por la situación del envío de la droga y si había detectado presencia policial. Gracias a su intervención, no se personaron en la oficina de correos.

Un registro en el domicilio de uno de los 'discjockeys' en abril sirvió para encontrarle cocaína en su domicilio. También hallaron hachís en la vivienda de la funcionaria. Otros cuatro implicados pensaban distribuir éxtasis en las fiestas que frecuentaban.

El juicio contra esta banda de presuntos narcotraficantes, entre los que están acusados un guardia civil y la funcionaria de correos se iniciará el próximo lunes en la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Palma y está señalado hasta el miércoles. Para los principales cabecillas de esta organización dedicada al tráfico de drogas, el fiscal solicita penas de cinco años de prisión.