Un juzgado penal de Palma ha condenado a un padre a un año y nueve meses de prisión y a trabajos en beneficio de la comunidad por azotar a su hijo de seis años en varias partes del cuerpo con un cinturón y con el cargador del teléfono móvil en el domicilio familiar en Marratxí a mediados de 2013. El progenitor, de 37 años y originario de Mali, causó lesiones al niño a correazos en la espalda, el muslo y el abdomen que incluso le dejaron cicatrices en estas dos últimas zonas. Además, agredió de forma continuada al menor al considerar que no se esforzaba lo suficiente en los estudios y que su comportamiento no era el adecuado.

La situación de maltrato habitual a la que se vio sometido el pequeño se inició cuando este llegó a España, alrededor del mes de abril de 2013, procedente de Mali cuando contaba cinco años, y se prolongó hasta enero de 2014, cuando la víctima ingresó en un centro de protección de menores.

Ayer por la mañana, el sospechoso compareció en Vía Alemania y confesó los hechos ante la magistrada del juzgado de lo penal 2 de Palma. Inicialmente, se enfrentaba a una petición de condena por parte del fiscal de tres años y medio de prisión. El ministerio público apreció ayer la circunstancia atenuante de reparación del daño, después de que el padre pagara 1.500 euros para indemnizar a su hijo por los perjuicios causados. Así, el progenitor se declaró autor de un delito de maltrato en el ámbito familiar y otro de maltrato habitual y aceptó un año y nueve meses de cárcel, 80 días de trabajos en beneficio de la comunidad y la prohibición de aproximarse y comunicarse con su hijo durante cinco años. Además, la juez le impuso la privación para el ejercicio de la patria potestad por un periodo de cuatro años.

Los hechos ocurrieron en un inmueble de Marratxí en el que residía el imputado junto con la madre de otro menor. En fechas anteriores a enero de 2014, el padre, que tenía a su cargo a su hijo, le golpeó con un cinturón y un cargador de móvil en varias partes del cuerpo y le causó heridas en la espalda, muslo y abdomen. El menor precisó asistencia sanitaria y le han quedado como secuelas cicatrices en abdomen y muslo. El hombre también le agredía por no estudiar y porque su comportamiento no era el adecuado.