Los familiares del menor de 17 años fallecido en un incendio cuando se encontraba recluido en su habitación del centro de internamiento es Pinaret se han personado en el procedimiento. Los allegados de la víctima, en compañía de un abogado, se presentaron en el juzgado de instrucción número 9 de Palma para formalizar su presencia en la causa.

Mientras tanto, los investigadores de la Policía Judicial de la Guardia Civil del cuartel de Llucmajor interrogan a todo el personal del centro dependiente del Govern para tratar de esclarecer cómo se produjeron los hechos.

Las primeras pesquisas apuntan a que el menor trató de llamar la atención y adoptó una medida de protesta habitual en el centro contra su reclusión: prender fuego en la habitación. Sin embargo, en esta ocasión el incendio se descontroló. Al parecer, la víctima había conseguido introducir cerillas en la estancia. Las llamas se habrían iniciado en el colchón de espuma y luego se propagaron con celeridad.

La investigación apunta a que el sistema de detección de humo no se encontraba en buen estado y fue incapaz de detectar las llamas hasta que estas no se encontraban muy avanzadas. En poco tiempo se generó un importante calor en la habitación. Hasta el punto de que el bombín de la puerta se dilató y resultó completamente imposible abrirla.

El personal de es Pinaret se decantó entonces por irrumpir en la estancia a través de la ventana. Los servicios de rescate solo lograron abrirse paso a través de una ventana. Uno de los asistentes se quemó los zapatos y otro de ellos sufrió una intoxicación de carácter leve por inhalación de humo. La víctima fue encontrada poco después con un hilo de vida.

Las constantes vitales del adolescente eran muy tenues. Nada más ser sacado de la habitación, los educadores y vigilantes comenzaron a practicarle maniobras de resucitación cardiopulmonar. Los esfuerzos resultaron vanos y la víctima no respondió a sus estímulos. Finalmente, las asistencias se vieron obligadas a certificar su defunción.

Reconstrucción

Allegados a la víctima aseguran que llevaban unas tres semanas sin verle. Durante este tiempo el adolescente de 17 años fallecido en es Pinaret no había disfrutado, supuestamente, de ningún tipo de permiso ni de la posibilidad de recibir visitas.

La reconstrucción del fatal incidente ocurrido el pasado miércoles en el centro de internamiento de menores ubicado en Marratxí apunta a que el incendio de la habitación era una práctica habitual como medida de protesta ante la reclusión.

La consellera de Servicios Sociales, Fina Santiago, reconoció el jueves en rueda de prensa que el centro de internamiento de menores es Pinaret se encuentra saturado. Las instalaciones se encuentran masificadas. Buena prueba de esta circunstancia es que están diseñadas para acoger a 46 internos y albergan en la actualidad a unos 60.