La psicóloga clínica que visitó a la víctima a finales de 2010 detalló ayer en el juicio que la menor estaba destrozada anímicamente. "Presentaba sentimiento de culpa, vergüenza. Estaba bloqueada", recordó la especialista. La profesional señaló que los niños no tienen capacidad de cortar con una relación de abusos. "No tienen esa capacidad de respuesta por ese embaucamiento", detalló. Además, explicó que la perjudicada se autoagredía porque de esta manera se aliviaba. Según la psicóloga, existía una gran asimetría de edad de unos 15 años entre la víctima y el acusado. "La menor tenía un daño corporal y psicológico muy importante. Tuvo que ir al osteópata porque tenía el cuerpo 'congelado'. Presentaba contracturas de una persona de 60 años. También precisó tratamiento psicológico", subrayó. Por su parte, el psicólogo forense confirmó que la víctima presentaba daño psicológico y lo que relataba era compatible con abusos sexuales. "No detecté indicadores de que ella se lo inventara ni de que actuara por un beneficio o interés", señaló el perito.