El hombre acusado de intentar matar a su hijastro negó en su declaración que tuviera intención de acabar con la vida de este. Según su versión, no le lanzó ninguna cuchillada y admitió que pudo cortar a su rival sin querer cuando ambos cayeron al suelo durante un forcejeo.

El acusado destacó la desproporción de fuerzas entre él y su oponente, un hombre mucho más joven y corpulento, aunque admitió que se equivocó en su acción.

De acuerdo con su relato de los hechos, ambos se enzarzaron en una discusión muy fuerte porque su hijastro le acusó de quererse apropiar del domicilio donde conviven, propiedad de la madre de la víctima. Durante la pelea, según el sospechoso, su oponente le insultó y amenazó con matarle, tras lo que se produjo un forcejeo y ambos se cayeron.

El acusado se mostró dispuesto a marcharse de la vivienda e instalarse con una nieta, pero el perjudicado explicó que prefería que siguiera viviendo con ellos. El magistrado de guardia, que dejó en libertad al sospechoso, no le impuso ninguna orden de alejamiento ni otras medidas cautelares.