La Audiencia de Palma ha condenado a una pena de dos años de prisión y 65 días de trabajos en beneficio de la comunidad a un hombre por acosar e incordiar de forma insistente a su exmujer en la ciudad al no aceptar la ruptura de la relación matrimonial durante los meses de octubre y noviembre de 2012. Después de que la víctima le planteara la separación, la estuvo hostigando con la finalidad de controlar todos los actos de su vida. El sospechoso, de 43 años, la llamaba por teléfono reiteradamente a su lugar de trabajo, en ocasiones de forma anónima; se personaba en su puesto de trabajo; acudía a su domicilio donde le reprochaba supuestas relaciones sexuales que ella mantenía con terceros y, en presencia de sus hijos menores, la culpaba de la ruptura y la amedrentaba.

Además, el acusado llegó a desprestigiar a la que fuera su esposa en su entorno laboral y también académico, ya que llamaba por teléfono al trabajo, algunas veces ocultando su propia identidad, y le atribuía ante sus superiores supuestas conductas irregulares como por ejemplo a la hora de fichar.

El imputado, que cuenta con otros litigios por amenazas a la misma perjudicada, daños y quebrantamiento, también telefoneó a la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), en la que la mujer seguía estudios, y, de forma anónima y faltando a la verdad, imputó ante los responsables académicos de su expareja otros comportamientos irregulares diciendo que ella copiaba en los exámenes. Incluso, llegó a remitir a la universidad un correo electrónico en el que relataba que la víctima se dedicaba a mandar a terceras personas en su lugar para realizar los ejercicios y los exámenes en su nombre.

Por último, el sospechoso se metía en el correo personal de su antigua compañera por Internet con el propósito de acceder y de hacer suyos datos privados, tanto personales como relacionados con el trabajo y los estudios de la perjudicada. Así, logró acceder desde el ordenador de su lugar de trabajo al correo electrónico de ella e hizo suyos varios mensajes. Algunos los utilizó para luego remitir otro mensaje a la Universitat Oberta de Catalunya donde culpaba a su exesposa de usar a terceras personas para que la suplantaran haciendo los exámenes en su lugar.

Todo este comportamiento y hostigamiento desplegado por el sospechoso a finales de 2012 alteró el normal y tranquilo desarrollo de la vida personal, familiar y social de la mujer, según la versión de la fiscalía y de la acusación particular. Ayer al mediodía, el acusado confesó los hechos ante el tribunal de la sección segunda y se declaró autor de un delito de coacciones y otro de descubrimiento y revelación de secretos.

El hombre aceptó una pena de dos años de cárcel, 65 días de trabajos en beneficio de la comunidad y dos prohibiciones de acercamiento y comunicación por cualquier medio con su exmujer por periodos de cinco y dos años, respectivamente. "Sí, estoy de acuerdo", respondió el imputado a la pregunta de la presidenta de la sala de si estaba conforme con el relato de los hechos y con la condena que le pedían.