La fiscalía reclama penas que suman 109 años de prisión para una banda de presuntos narcotraficantes formada por 16 personas, la mayoría colombianos, por dedicarse a la venta y distribución de cocaína y marihuana en Palma, Inca y otras localidades entre 2010 y principios de 2011. Los sospechosos están acusados de un delito contra la salud pública y otro de integración en grupo criminal. Tanto el cabecilla de la organización, considerado el "cerebro" de la red, como su mano derecha y hermano, se enfrentan a sendas peticiones de condena de diez años y medio de cárcel.

Los dos familiares utilizaban a los dos hijos de uno de ellos, uno menor de edad, para realizar labores subordinadas y auxiliares como almacenar los estupefacientes, transportar pequeñas cantidades para entregarlas a vendedores a pequeña escala y recoger el dinero a cambio de las sustancias, según la tesis del ministerio público. El fiscal destaca que ni el padre ni el tío de estos dos jóvenes, uno de ellos menor, tuvieron el más mínimo escrúpulo en emplearlos como subalternos a fin de dificultar las sospechas policiales. Así, introdujeron al menor en un círculo y ambiente delincuencial gravemente perjudicial para su posterior desarrollo personal. El adolescente ya fue condenado en junio de 2011 por un juzgado de menores de Palma por tráfico de drogas.

La Audiencia de Palma tiene previsto iniciar el macrojuicio el próximo lunes y está previsto que se prolongue hasta el miércoles. El tribunal de la sección segunda será el encargado de enjuiciar el caso.

La organización estaba formada por un grupo estructurado y dividido en varias células independientes pero interconectadas. Desde al menos el mes de marzo de 2010 hasta abril de 2011, cuando la Guardia Civil culminó la operación 'Buitre', los sospechosos presuntamente se dedicaban a la venta de estupefacientes a las afueras de Palma, en Inca y también en otras localidades como Mancor de la Vall.

Los integrantes tenían repartidas sus funciones, entre ellas, contactar con proveedores o con clientes, transportar la mercancía o recaudar el dinero obtenido por los traficantes a menor escala. La red presuntamente introducía grandes partidas de cocaína en Mallorca, procedentes de Sudamérica, mediante paquetes postales o correos que ocultaban la droga en dobles fondos en su equipaje. Así, el 5 de octubre de 2009 un hombre fue detenido por la Policía de Perú en el aeropuerto de Lima cuando se disponía a trasladar a España un alijo cercano a los cinco kilos de cocaína. Y una mujer fue interceptada en el aeropuerto de San José, en Costa Rica, cuando intentaba transportar a España unos seis kilos de cocaína.

Tras ingentes averiguaciones, la Guardia Civil realizó varios registros domiciliarios el 18 de febrero de 2011 y el 7 de abril de ese año, en los que se incautaron de numerosos envoltorios con dosis de droga, sustancia de corte, teléfonos móviles, balanzas de precisión y otros útiles para la manipulación de los estupefacientes. Los agentes detuvieron a una decena de personas.