Un trabajador de las obras de un hotel en s'Arenal en las que el pasado lunes murieron dos hombres al caerles encima una gran placa de hormigón ha explicado a los investigadores que las víctimas estaban en esa zona por error. Según este testigo, se produjo una confusión cuando recibieron las instrucciones y, aunque uno de los encargados habría intentado avisarles de que ese punto no estaba listo para el desencofrado, no llegó a tiempo.

Los investigadores del grupo de Homicidios de la Policía Nacional continúan tomando declaración a trabajadores y responsables de la obra para intentar esclarecer las causas del derrumbe y las posibles responsabilidades. Uno de los testigos interrogados ha manifestado que uno de los responsables de la obra dio la orden a las víctimas de retirar el encofrado de uno de los voladizos de la primera planta. Al menos cuatro trabajadores de Morena Mallorca, una de las empresa subcontratada por Ferrovial Agroman, se dirigieron al lugar y comenzaron a retirar los puntales que sostenían la gran placa de hormigón. Según el relato de este testigo, acudieron a ese punto por error, ya que el forjado se había llevado a cabo entre el jueves y el viernes y no estaba listo para llevar a cabo esta operación. Otro de los responsables de la construcción detectó la confusión y se dirigió al lugar para advertirles, aunque no pudo hacerlo antes de que se produjera el derrumbe. Dos de los trabajadores, Manuel A.Q., de 31 años, y José G.M., de 56, murieron aplastados por la pieza, de unas 50 toneladas, y otros dos obreros resultaron heridos.

Las pesquisas continúan en una fase muy inicial y las investigadores trabajan con amplio abanico de hipótesis. La Policía, mientras continúa tomando declaración a numerosos testigos del siniestro, está a la espera de poder examinar con detenimiento el lugar donde se produjo el derrumbe, que quedó precintada. Será necesario asegurar el lugar para que los investigadores puedan analizar el escenario y recabar pruebas.

Además, está previsto que un equipo de peritos formado por arquitectos e ingenieros asuma la parte más técnica de las pesquisas y elabore un informe en el que se recogerán tanto las medidas de seguridad existentes en la zona como el estado de los puntales y la placa de hormigón que cedió, entre otras cuestiones. Una labor que, según fuentes policiales, se demorará con toda seguridad durante varios meses.

Controversia por la licencia

Las obras del futuro hotel Llaüt Palace permanecían ayer completamente paralizadas, mientras la promotora, Inversiones Llaüt, y el Ayuntamiento de Palma mantenían una controversia sobre la legalidad de la construcción. La empresa mostró su "sorpresa" por la decisión de Cort de paralizar las obras al carecer de licencia. El administrador, Guillermo Alomar, y los directores de obra, Jaime del Yerro y Jaume Cerdà, presentaron una instancia en el consistorio a la que adjuntaron, "ante la posibilidad de algún error o extravío en el expediente", una batería de documentos que a su juicio avalan la legalidad de los trabajos. Inversiones Llaüt sostiene que presentó un proyecto de ejecución el pasado 3 de agosto "sin recibir ninguna comunicación de deficiencias por parte del Ayuntamiento", por lo que las obras comenzaron justo un mes después.

Cort replicó que los técnicos del departamento de Disciplina Urbanística han concluido que la promotora no podía acogerse al silencio administrativo porque el proyecto aprobado de seis plantas fue modificado sustancialmente, con un aumento de dos pisos. Este nuevo proyecto, presentado el 22 de mayo, obligaba a obtener nuevos informes externos y tenía varias deficiencias señaladas. Los técnicos del Ayuntamiento sostienen que el proyecto de ejecución del 3 de agosto, en el que se basa la promotora para sostener la legalidad de las obras, corresponde al plan ya modificado, por lo que no puede invocarse el silencio administrativo para avalar la construcción.

De hecho, no será hasta el próximo martes cuando se decida si se da el visto bueno a este cambio de planes. Cort insiste en que la licencia concedida solo permitía a la promotora construir el sótano del edificio, cuando el siniestro se produjo en la planta baja.