La bandolera de un obrero cuelga de uno de los puntales junto a la zona del accidente. Casi nadie se ha acercado desde ayer al punto donde una placa de 50 toneladas de hormigón una placa de 50 toneladas de hormigónse desplomó y arrastró consigo las vidas de Manuel A. Q., de 31 años, y José G. M., de 56. Solo los técnicos, policías y propietarios del hotel en construcción entraron ayer a la zona del accidente, donde la maquinaria pesada siguió parada.

Mientras la obra continuaba en silencio, las redes sociales rindieron homenaje a los fallecidos. El muro de Facebook de Manuel A. Q. ayer se llenó de comentarios y fotografías del difunto. Sus allegados destacaron de él que era un buen amigo y padre (tenía una hija de 6 años y se había casado hace poco tiempo) y enviaron el pésame a la familia.

Quienes también le conocían eran los trabajadores del bar más cercano a la obra. En la Cafetería Las Torres, situada en la calle de los Trobadors, todavía no habían asimilado lo sucedido. "Durante los últimos tres o cuatro meses venían cada día a desayunar, a comer, a tomar el café y a beber algo al salir de la obra", explicaba Conchi, una de las empleadas.

Omar, otro de los trabajadores, mantenía una relación de amistad con Manuel. El domingo -el día antes del siniestro- mantuvieron una conversación por Whatsapp en la que Manuel le instaba a "disfrutar de la vida". "Hay que descansar, ¿no? No va a ser solo trabajar" fueron las últimas palabras que le envió Manuel en forma de audio.

"Era un chico encantador. Le gustaban muchos las motos y solía irse pronto a casa para estar con su mujer y su hija", recuerdan los empleados de la cafetería. De José G. M. aseguran que a menudo recordaba que tenía muchas ganas de jubilarse y dejar la obra.

A las puertas del solar donde se levanta el hotel el ambiente era muy diferente al de ayer. La calle volvía a estar abierta al tráfico y el cordón policial estaba tirado por el suelo, mientras los medios de comunicación -muchos menos que el lunes- seguían desde la calle el trabajo de los técnicos que revisaban la obra.

El Parlament balear rindió ayer un homenaje a los dos difuntos al principio del inicio del pleno. Los diputados guardaron un minuto de silencio en recuerdo de los dos encofradores. El sindicato USO se unió a CC OO y UGT y lamentó la muerte de Manuel y José mientras estaban trabajando. También exigieron la apertura de una investigación para aclarar las causas y los responsables del accidente laboral.