La Policía Judicial de la Guardia Civil de Eivissa arrestó en la noche del martes a la rumana Ramona B. como cooperadora necesaria en el crimen de Rilma Liliana Velásquez, la boliviana asesinada en Sant Antoni (Eivissa) el pasado 15 de junio. Los investigadores sospechan que el autor material de la muerte es la pareja de la rumana, un hombre de nacionalidad marroquí que, presuntamente, huyó de Eivissa el 16 de junio y poco después cruzó a Marruecos a través de Ceuta. Contra este hombre se ha dictado ya una orden internacional de detención.

Al parecer, Ramona B. no resistió ayer por la mañana el interrogatorio y se derrumbó ante la acusación de complicidad en el crimen, que podría acarrearle una condena hasta de diez años de prisión. La tensión del interrogatorio y de verse acusada provocó una crisis a la mujer que obligó a trasladarla ayer a mediodía a Can Misses, donde ingresó en el servicio de Urgencias escoltada por varios guardias civiles. La mujer detenida es una conocida de la víctima y de la pareja de esta, un hombre también de nacionalidad boliviana que inicialmente fue detenido y señalado como autor de la muerte de su novia.

La rumana fue arrestada anteanoche en el barrio de ses Figueretes en el transcurso de una serie de registros que los agentes de la Policía Judicial de la Guardia Civil de Eivissa llevaron a cabo junto con expertos llegados de Madrid con un perro especializado en detectar rastros humanos. El perro descubrió, presuntamente, olor del cuerpo de la boliviana en varias zonas del coche del marroquí, en concreto en la llave, una puerta y la palanca de cambios, entre otros puntos. La titular del juzgado de instrucción número 3 de Eivissa, Carmen Martín, ha decretado el secreto del sumario, por lo que, hasta el momento, apenas se ha revelado mucha información.

Según las circunstancias que ha podido reconstruir la Guardia Civil, Rilma Liliana Velásquez, que tenía 37 años de edad, el 15 de junio por la tarde se encontraba con su novio en el piso de Sant Antoni donde ambos residían, cuando Ramona B. llamó al hombre por teléfono para que acudiera a la ciudad de Eivissa por algún asunto presuntamente relacionado con el tráfico de drogas. De esa manera, se pretendía dejar vía libre al marroquí para robar en la vivienda de la boliviana, un primer piso del número 11 de la calle de Del Mar, ya que, al parecer, preveían que Rilma Liliana Velásquez estaría también fuera de la vivienda por una entrevista de trabajo que tenía concertada para esa tarde.

Sin embargo, cuando supuestamente el marroquí llegó a la casa, la mujer continuaba allí. El presunto autor del crimen forzó la puerta y la abrió de golpe, de tal manera que la víctima sufrió un fuerte impacto la cabeza. A partir de ese momento, lo que pretendía ser un simple robo, que finalmente no se llevó a cabo, acabó por convertirse en un violento crimen en el que la mujer fue degollada.

Agentes de Mallorca detuvieron en un principio al novio de la boliviana, un hombre que había sido condenado anteriormente por un caso de violencia machista cometido sobre otra mujer, informaron fuentes policiales, que entonces llegaron a decir que el caso podría quedar resuelto "en cuestión de horas".

Sin embargo, poco después la Policía Judicial de Eivissa dejó en libertad a este hombre, ya que encontraron pruebas de su inocencia, entre estas el posicionamiento de su teléfono móvil, que no coincidía con el de la víctima, y le situaba lejos del lugar en el momento del crimen.