La pareja acusada sostiene que no engañaron al anciano ni urdieron ningún plan para hacerse con todo su patrimonio, sino que fue el hombre quien quiso cederles sus bienes, al parecer por la buena relación que mantenía con ellos.

Los allegados al anciano consideran que esta explicación es "mendaz y absurda". Argumentan que se aprovecharon de su precario estado de salud para convencerle de que les concediera el poder y apuntan que el anciano "en ningún momento advirtió o manifestó al notario que su voluntad era donar todos sus bienes a los acusados". Tampoco solicitó asesoramiento sobre cómo entregarles su patrimonio sin otorgar testamento o de los impuestos que conllevaba esta donación a terceros sin vínculos familiares. La acusación particular argumenta que si hubiera querido donar todos sus bienes habría otorgado el poder a nombre de los dos acusados y no solo de la mujer.

El abogado ha pedido interrogar tanto a los acusados como al notario y una prima del anciano durante el juicio.