El indigente rumano acusado de lanzar piedras a los coches desde el puente de Son Cladera a la autopista de Inca negó ayer su implicación. "Yo sólo pasaba por allí. No cogí ninguna piedra ni nadie pudo verme porque era de noche", afirmó el hombre durante el juicio celebrado en la Audiencia Provincial. Un policía aseguró, sin embargo, que sorprendió al sospechoso cuando tiraba pedruscos "con potencia" a los vehículos desde el puente, impactando en uno de ellos y causándole daños. La fiscalía reclama para el procesado siete años y siete meses de cárcel por intento de homicidio, delito contra la seguridad vial, resistencia y daños.

El hombre, de 32 años, contó que llegó a España en enero de 2014. Cuando ocurrieron los hechos, el pasado 24 de diciembre por la tarde, se dedicaba a recoger chatarra y venderla en el polígono Son Castelló, por lo que solía pasar por el puente de Son Cladera. "Vivía en una chabola, delante del puente. Yo no cogí ninguna piedra ni me paré a mirar la carretera. Sólo pasaba por allí", relató. Según explicó, cuando un policía fuera de servicio empezó a perseguirlo se dio a la fuga porque se asustó, ya que pensó que quería atracarle. "Yo no lo he hecho", sentenció el sospechoso, en prisión preventiva desde el día de los hechos, tras negar también haber atacado a los policías que lo arrestaron.

El agente que lo interceptó contradijo la versión del acusado. "Estaba fuera de servicio y pasé con el coche por el puente. Vi al acusado en actitud sospechosa y me bajé sin que él me viera. Observé cómo tiraba piedras a los vehículos que pasaban por la autopista, con potencia y cogiendo impulso", señaló. El policía explicó que se acercó al acusado, se identificó y vio cómo llevaba otra piedra en la mano y la dejó caer al suelo antes de intentar escapar. Con la ayuda de un joven que pasaba por la zona logró interceptarlo. "Se puso muy agresivo. Nos escupía e intentaba mordernos. Fue necesaria la intervención de otros cuatro policías para esposarlo y meterlo en el furgón", contó. El sospechoso interrumpió entonces el juicio, espetando al policía: "¿Por qué dices tantas mentiras?". La magistrada, que ya le había llamado la atención por sus comentarios a la declaración del testigo, lo expulsó de la sala.

El resto de policías que acudieron al lugar afirmaron que en la autopista descubrieron una docena de piedras, que no pudieron recoger por la intensidad del tráfico. Solo se recuperó el pedrusco que supuestamente soltó al verse sorprendido, del que no pudieron obtener huellas al ser poroso. Todos coincidieron en que el procesado se mostró agresivo al ser detenido y que el lanzamiento de las piedras suponían un gran riesgo para los ocupantes de los vehículos que pasaban por la autopista en ese momento.

Al concluir la vista, la fiscalía mantuvo su petición de siete años y siete meses de cárcel para el acusado, mientras su letrada reclamó la absolución al entender que la implicación del hombre no ha quedado probada.