'El Pablo', histórico narcotraficante de la barriada de La Soledat, fue juzgado ayer en Palma por tener ocultos en un zulo dos revólveres para los que no tenía licencia. Pablo Campos Maya negó que las armas fueran suyas y apuntó que el domicilio en el que se encontraron, en la calle Teix, pertenece a su suegra. "Pueden ser de cualquiera de la familia", apuntó el hombre, para quien la fiscalía pide tres años de prisión por tenencia ilícita de armas. En el banquillo se sentaron también un hijo de 'El Pablo' y otro joven por dedicarse a la venta de marihuana y hachís, que se enfrentan a sendas condenas de cuatro años de cárcel por tráfico de drogas.

Las armas fueron encontradas durante una operación antidroga de la Policía Nacional en mayo de 2013 contra el clan de 'El Pablo'. Según explicó uno de los agentes durante el juicio celebrado ayer en un juzgado de lo penal de Palma, estaban escondidas en una vivienda conectada interiormente con las de 'El Pablo', en la calle Teix. Eran dos revólveres del calibre 38 en buen estado que aparecieron en un "zulo", en un hueco abierto en una pared. El policía señaló que no se encontraron huellas dactilares en ninguno de los dos, pero que 'El Pablo', tras ser arrestado, admitió que eran suyas y que las tenía porque estaban amenazados por el clan de 'El Farru', al que les une un vínculo familiar.

El histórico narcotraficante negó que las armas incautadas fueran suyas. Lo hizo incluso cuando declaraba el agente, lo que le valió una amonestación por parte de la magistrada. 'El Pablo' explicó durante su turno que él reside en dos viviendas unidas, en los números 12 y 14 de la calle Teix. Según contó, el número 16, donde aparecieron los dos revólveres, es una planta baja conectada con su domicilio pero propiedad de su suegra. "Las pistolas pueden ser de cualquiera de la familia, allí tienen acceso mi cuñado, mi sobrino, mi hermano...", señaló. "Si fueran mías las tendría en mi casa, a mano", insistió. Según su versión, en la vivienda en la que aparecieron las armas no vivía nadie, ya que estaba en obras. "La Policía iba a romper la puerta de mi casa y les dije que no lo hicieran. Les di mi consentimiento para que entraran", apuntó. "Es mentira que yo dijera que las pistolas eran mías. No tengo licencia de armas. ¿Para qué la quiero, si no practico la caza ni el tiro olímpico?", argumentó.

El hijo de 'El Pablo', acusado de dedicarse en aquella época a la venta de marihuana y hachís en La Soledat, se acogió a su derecho a no declarar. El otro imputado, un joven de 29 años juzgado también por traficar con drogas, negó las acusaciones. Según contó, conoce a 'El Pablo' y su hijo Iván "de toda la vida, del barrio", aunque no precisó a preguntas del fiscal dónde residen estos. El joven rechazó que cuando la Policía llevó a cabo la operación antidroga estuviera en la vivienda y escapara saltando por un muro mientras se deshacía de bolsitas de marihuana. "Yo no estaba allí", afirmó el acusado, que no dio explicaciones de por qué los agentes encontraron su teléfono móvil cargando en uno de los domicilios registrados. Las defensas de los acusados insistieron durante la vista en que no hay pruebas contra ellos y solicitaron la absolución de los tres.

'El Pablo' y su hijo están actualmente en prisión preventiva desde el pasado 11 de junio, cuando fueron arrestados en una gran operación antidroga en La Soledat en la que se incautaron 3.000 plantas de marihuana, por lo que fueron excarcelados para el juicio.