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Seguridad

Los vigías de la puerta marítima de Balears

El nivel 4 de alerta y la convulsa situación en el norte de África han provocado que el Puesto Fronterizo de la Policía Nacional extreme la vigilancia de pasajeros de cruceros y de los 46 puertos deportivos

Verificación de los datos de un pasajero por el sistema ABC. M. Mielniezuk

La convulsa situación geopolítica en el norte de África ha convertido a Mallorca en una escala obligada a los cruceros que surcan el Mediterráneo. El Puesto Fronterizo de la Policía Nacional, enclavado en la Estación Marítima de Palma, vela por la seguridad en todos los muelles de la isla, incluidos los puertos deportivos.

Solo durante el presente año han llegado 371 cruceros a Mallorca. Esta cifra supone un 77% de los registrados en todo 2014, cuando se contabilizaron 482 en la isla. De mantenerse la actual tendencia, ese número de buques se superará con creces.

El actual nivel 4 de alerta ha provocado que la vigilancia marítima se extreme en Mallorca. El terrorismo yihadista ha provocado que los accesos desde países potencialmente peligrosos, las denominadas “nacionalidades sensibles", sean exhaustivamente controlados. Otro tanto ocurre con la inmigración ilegal o los prófugos que intentan llegar a la isla con documentación falsa.

“Si quieres ser competitivo hay que aportar más que los demás y la seguridad es fundamental”, subraya el inspector del Cuerpo Nacional de Policía Luis Porto, coordinador del Puesto Fronterizo del Puerto de Palma.

Buena prueba de la creciente elección de Mallorca por las compañías de cruceros es el elevado número de viajeros que visitan la isla. “Cada día se reciben en Palma unos tres o cuatro, con una media de 4.000 pasajeros cada uno”, apunta. En los días punta han llegado a recalar hasta siete buques de pasajeros a la vez en la isla. La llegada del Allure of the seas, con 8.000 pasajeros a bordo, desbordó todas las previsiones.

El control de todo este ingente volumen de personas corresponde a este Puesto Fronterizo. Cotejar los visados o que el pasaporte de los pasajeros o el seaman book de los tripulantes estén en regla acapara buena parte de su labor. Ante cualquier duda, los datos se cotejan con la Comisaría General de Extranjería.

Mallorca tiene una innegable ventaja frente a otros puertos del Mediterráneo donde recalan cruceros: es un lugar de tránsito. Por este motivo, las consignatarias de los buques facilitan el listado de pasajeros y tripulantes antes de atracar. En el espacio Schengen estos trámites son mucho más simples. En el resto requiere un cruce de datos más complejo.

El sistema ABC, que coteja el pasaporte con los datos biométricos del titular, ha contribuido a agilizar las identificaciones y ha causar un menor trastorno al pasaje. Los datos del nombre y la imagen que figuran en el documento se cruzan con la huella dactilar y el reconocimiento facial.

A este avance se une la denominada ventanilla única del crucero. Antes de atracar, el buque está obligado a facilitar una serie de datos. Cada organismo -Puesto Fronterizo, Capitanía Marítima o Agencia Tributaria- extrae la información que precisa en función de la seguridad, los trámites administrativos o la fiscalidad.

Durante el presente año la situación más crítica a la que se enfrentó el Puesto Fronterizo del Puerto de Palma fue el incendio del Sorrento. El siniestro del buque puso a prueba los reflejos y el protocolo de actuación de los funcionarios, que minimizaron el trastorno a los náufragos.

“Lo primero que se hizo fue comprobar el pasaje y la tripulación. Por fortuna, estaba todo el mundo”, explica aliviado el inspector Porto. “A partir de este momento, lo que se hizo fue facilitar salvoconductos a todos, ya que mucha documentación se había perdido con el fuego”, apunta. Gracias a estas gestiones, todos los náufragos pudieron desplazarse en avión o en otro barco sin problemas hasta su lugar de destino.

250 embarcaciones al día

En el último año y medio, el control de los 46 puertos deportivos de Mallorca ha centrado una gran cantidad de las pesquisas del Puesto Fronterizo de la Policía Nacional. Durante el presente año más de 12.000 embarcaciones de recreo han llegado a Mallorca, a una media de 250 diarias.

El subinspector Juan Anders Hoffen, de madre noruega y nacido en el país escandinavo, no oculta su orgullo porque la seguridad en la isla haya sido resaltada a nivel internacional. “Muchos delincuentes que llegaban por vía marítima están descartando Mallorca como destino”, resalta.

Así, la Professional Yachting Association destacaba el pasado mes de junio, en un comunicado dirigido a todas las tripulaciones de embarcaciones recreativas, que las medidas de seguridad y el control de la documentación en los puertos deportivos de Mallorca “se han intensificado en los últimos meses”.

La vigilancia marítima en los cruceros o buques de línea que llegan a Mallorca se completa con la vigilancia de la Brigada Móvil. Estos agentes del Cuerpo Nacional de Policía viajan vestidos de paisano y observan discretamente el comportamiento de pasajeros sospechosos de cometer una acción delictiva.

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