La banda de ladrones detenida esta semana tras asaltar tres cafeterías Cappuccino en Mallorca habría obtenido un botín de más de un millón de euros en 29 robos similares. La Guardia Civil y la Policía Nacional consideran que los ocho acusados -cinco de los cuales han ingresado ya en prisión- están detrás de los robos más importantes cometidos en los últimos meses en Eivissa. En uno de ellos se llevaron joyas valoradas en 500.000 euros.

El grupo estaba liderado por los dos hermanos, vinculados a una empresa de instalación y revisión de extintores, que aprovechaban las visitas a sus clientes para estudiar las medidas de seguridad de hoteles, restaurantes y discotecas. En otras ocasiones, utilizaban documentación falsa para hacerse pasar por empleados de empresas de telefonía.

Los ladrones entraban en los establecimientos abriendo butrones en las paredes y desactivando las alarmas. Una vez dentro, utilizaban la técnica del oxicorte, que permite calentar materiales hasta a 4.000 grados, para abrir las cajas fuertes y apoderarse del dinero y las joyas. Tras obtener el botín, solían huir en vehículos robados a los que habían cambiado las placas de matrícula.

Tras los tres robos cometidos el pasado fin de semana en las cafeterías Cappuccino de Palma, Puerto Portals y el Port d´Andratx, la Policía Nacional y la Guardia Civil pusieron en marcha un gran operativo para capturar a los delincuentes. Uno de ellos fue detenido en Calvià por la Policía Local y otros cinco en una lancha que fue abordada cuando se dirigía al puerto de Eivissa. Durante la persecución, los sospechosos lanzaron por la borda una maleta con 1.200 euros en monedas que los agentes pudieron recuperar.

Los investigadores detuvieron después en Eivissa a otras dos personas y llevaron a cabo cinco registros. En un local de Llucmajor donde la empresa de los acusados iba a abrir una sucursal se encontraron herramientas utilizadas para cometer los robos. En los otros inmuebles allanadas aparecieron 150.000 euros y drogas. Además, en la empresa regentada por los cabecillas de la banda se decomisaron dos proyectiles de artillería de la Guerra Civil, que han quedado en manos de los Tedax para analizarlos y destruirlos.

El gerente de la empresa Pitiusas de Seguridad, padre de los dos presuntos líderes del grupo y que quedó en libertad con cargos, desvincula su negocio de la actividad delictiva de sus hijos. "Han abusado de mi confianza, estoy muy sorprendido", explicó José C. El hombre incidió en que la actividad de su empresa es "exclusivamente" la instalación de sistemas contraincendios y "no tiene relación con los robos".