Un excusionista que paseaba ayer tarde por la Serra de Tramuntana, entre Pollença y Lluc, descubrió durante su recorrido unos huesos humanos, todo apunta que de una mujer.

El macabro descubrimiento tuvo lugar sobre las 15.00 horas, en una zona de difícil acceso en las inmediaciones del camí Vell de Lluc. Al sospechar la procedencia humana de los huesos, el senderista llamó a la Guardia Civil, que desplazó a la zona a un equipo del Grupo de Rescate Especial de Intervención en Montaña (GREIM). Ante lo recóndito del lugar del hallazgo, el excursionista tuvo que volver y esperar a los agentes en un punto del camino y luego guiarles a la zona exacta en que se hallaban los restos.

Una vez allí, los investigadores acotaron la zona y realizaron una minuciosa inspección ocular de la osamenta, así como un reportaje fotográfico. En el lugar se halló un hueso largo, lo que parecía una tibia, junto a otra serie de restos como una bota con restos de hueso y un cráneo, por lo que el esqueleto estaba prácticamente completo. Las primeras pesquisas apuntaban a que la osamenta pertenecía a una mujer, y al haberse encontrado una mochila al lado, se piensa que podría ser una excursionista que habría desaparecido años atrás. Por su estado se calcula que los restos, que en una primera inspección no presentaban lesiones, pueden tener entre ocho o diez años.

Tras la inspección, los investigadores procedieron a la recogida de los restos, por lo que será fundamental el análisis forense para poder obtener más información. Ahora será el forense quien los analice para extraer ADN y poder cotejarlo con las bases de datos de desaparecidos en los últimos años.

Una de las hipótesis que manejan los investigadores es que pueda tratarse de la británica Jacqueline Tennant, de 45 años, una apasionada del montañismo que trabajaba de monitora en un hotel de Can Picafort y que desapareció a principios de 2007.