La madre de un joven británico de 19 años, fallecido en agosto de 2013 en Magaluf al precipitarse de un noveno piso, no se resigna a creer que su hijo murió en un caso de 'balconing'. Lea Ousby está convencida de que su hijo Tom fue asesinado. Lea desconfía de la investigación oficial, que apuntaba a que la muerte de Tom tuvo un origen accidental. Por este motivo, contrató los servicios de un investigador privado. A raíz de las pesquisas practicadas por este profesional, la progenitora mantiene que su vástago fue empujado, y asegura que Tom había sido perseguido por dos miembros de personal del hotel antes de caer al vacío.
Alcoholemia en Son Banya
Un control de la Policía Local en la entrada de Son Banya sirvió para descubrir a un sujeto conduciendo bajo los efectos del alcohol. Los agentes repararon en un coche que se dirigía hacia ellos. Al verse sorprendido, el conductor arrojó una papelina por la ventanilla. Cuando llegó a la altura del control, los policías entablaron una conversación con el individuo y observaron que el individuo presentaba síntomas de estar conduciendo en estado de embriaguez. La prueba de alcoholemia que le practicaron confirmó las sospechas. El test inicial dio un resultado de 1,12, que luego se rebajó a 0,89. Fue detenido por un presunto delito contra la seguridad vial.
El turista más turbador
Para muchos de los turistas que visitan Mallorca, las vacaciones son sinónimo de excesos y desenfreno. Algunos confunden la fiesta con actitudes incívicas que rozan el delito. El viernes de la semana pasada, sobre las seis y media de la tarde, varias llamadas denunciaron la Policía Local de Palma el comportamiento de un extranjero que estaba de fiesta por la calle. El joven, según los testigos, llevaba los pantalones bajados y mientras caminaba iba masturbándose. Una patrulla se dirigió al lugar para poner fin a la esperpéntica escena.
Un cliente confundido
Otro turista la lió ese mismo día en un bar de la ciudad. El hombre, completamente borracho, se dirigió a la barra para abonar las consumiciones. Cuando la camarera le dio el cambio, montó en cólera. Según el cliente, había pagado con un billete de 20 euros, pero la empleada sostenía que solo le dio 10. La discusión subió de tono y ninguno de los dos daba su brazo a torcer, por lo que fue necesaria la intervención de la Policía Local para mediar en el altercado.
¿Sexo consentido o violación?
La Guardia Civil detuvo el pasado miércoles a dos jóvenes británicos acusados de violar a una compatriota en Magaluf. La víctima denunció que había conocido a los dos acusados esa misma noche y que ambos la obligaron a mantener relaciones sexuales en un apartamento turístico. Uno de los sospechosos negó tras ser arrestado que hubiera forzado a la joven y aseguró que las relaciones fueron consentidas. También afirmó que además de él, otros tuvieron sexo con la chica antes. Los sospechosos quedaron en libertad y la víctima ha regresado ya a su país.
Los nervios del veterano
Un acusado de cometer un robo en un domicilio de Palma y morder al morador al ser descubierto ofreció en el juzgado de guardia una versión inédita de lo ocurrido. Según contó, estaba persiguiendo a un hombre que le había robado el carburador de la moto y entró por error en la vivienda. Cuando le preguntaron por qué no había contado esto cuando fue interrogado por la Policía, el hombre aseguró que estaba muy nervioso. Una explicación que llamó la atención de los presentes, porque había sido detenido ya 40 veces.
Un quad peligroso
La Policía Local de Marratxí se movilizó el miércoles por la tarde por un conductor temerario. Un quad salió a toda velocidad del centro comercial Festival Park, realizando bruscas maniobras que ponían en riesgo al resto de personas que circulaban en ese momento por la zona. Una patrulla se topó con él y le dio el alto, pero el conductor del quad obvió sus indicaciones y emprendió la huida a toda velocidad. Los agentes intentaron dar con él y pidieron la grabación de las cámaras de seguridad del centro de ocio para intentar identificarlo a través de la matrícula de su vehículo y denunciarlo por un delito contra la seguridad vial.
Método rudimentario
En los juzgados de Vía Alemania en Palma han utilizado un sistema tan curioso como rudimentario para inutilizar varias ventanas del edificio: clavar tres tornillos sobre la manija para impedir que funcione el pestillo.
