­Primera víctima de violencia machista en Balears en lo que llevamos de año. Una mujer de 33 años, identificada como Gemma Vich Ramis, murió ayer de madrugada degollada presuntamente a manos de su expareja en su domicilio en Sant Jordi, a las afueras de Palma. La Policía Nacional detuvo al supuesto asesino, Jaume S.F., de 38 años, en el lugar del crimen. El sospechoso, que ayer permanecía recluido en los calabozos de la Jefatura Superior de Policía, utilizó un cuchillo de cocina de grandes dimensiones para acabar con la vida de la víctima. El hombre parecía estar drogado en estado de semiinconsciencia cuando fue descubierto. Por ello, fue trasladado al hospital de Son Espases. Sin embargo, los médicos en seguida le dieron el alta al descartar que sufriera alguna dolencia grave o intoxicación severa.

Los investigadores sospechan que se trata de un crimen de violencia doméstica ya que la pareja había mantenido una relación sentimental durante un año y medio y hace apenas un par de semanas ella rompió la convivencia con él. El hombre, descrito por varios testigos como una persona celosa que solía beber alcohol, no habría aceptado esta nueva situación y decidió personarse en casa de la fallecida. Allí, supuestamente le asestó una profunda cuchillada en el cuello, ocasionándole una gravísima herida de degüello, que le seccionó el paquete vascular y le provocó la muerte al desangrarse.

El cadáver de la mujer fue descubierto sobre las cuatro y cuarto de la mañana de ayer tumbado en el suelo de su dormitorio por parte de la madre de la víctima, que reside en el piso inferior y se despertó alarmada al escuchar unos ruidos. El cuerpo presentaba otras lesiones además del profundo corte en el cuello. La forense y el Grupo de Homicidios de la Policía Nacional, encargado de investigar el caso, detectaron varios cortes en los brazos, por lo que se desprende que la perjudicada trató de protegerse y parar las puñaladas del homicida. Los investigadores creen que la joven mallorquina fue atacada por sorpresa y apenas tuvo opción de defenderse. Incluso, manejan la hipótesis de que el presunto asesino le tapó la boca para que no chillara.

Sobre un charco de sangre

Junto al cadáver, situado entre la cama y la ventana de la habitación, yacía también en el suelo inmóvil el sospechoso. Ambos fueron localizados sobre un gran charco de sangre. El hombre se hallaba muy desorientado y dijo que no recordaba lo ocurrido, pero la Policía está convencida de que fingió su estado de aturdimiento y que fue plenamente consciente de sus actos.

Según las primeras pesquisas, el supuesto asesino, también mallorquín al ser originario de Santa Maria, cogió el cuchillo de la cocina del inmueble de Gemma Vich. Jaume S.F. conocía muy bien la casa, ya que había residido allí. Se decantó por el arma blanca de mayor tamaño. El hombre también tomó la precaución de aparcar su coche más alejado que de costumbre. Su interrogatorio se pospuso ayer tarde al ser trasladado de nuevo a Son Espases al estar alterado. La Policía logró intervenir en el lugar de los hechos el gran cuchillo de cocina usado para perpetrar el crimen.

El suceso fue descubierto ayer a las cuatro y cuarto de la madrugada cuando la madre de la víctima se despertó al oír unos ruidos que procedían del piso superior, donde vivía su hija. La progenitora la llamó por teléfono y, al no hallar respuesta, subió al inmueble y allí observó los pies de la joven tumbada en el suelo en su dormitorio. Junto a ella, yacía su excompañero sentimental. La testigo alertó al 112 y estos a su vez movilizaron a la Policía Nacional y al 061, que desplazó una UVI móvil al Camí de Sant Jordi número 115. Los sanitarios solo pudieron certificar la muerte de la mujer al haber sido degollada.