Un jet privado con cinco ocupantes realizó ayer por la tarde un aterrizaje de emergencia sin el tren delantero en el aeropuerto palmesano de Son Sant Joan. La avioneta, de matrícula alemana, procedía de la ciudad germana de Essen y su destino era Palma. Nada más comunicar la tripulación a la torre de control la incidencia al detectar un fallo técnico en el tren delantero de aterrizaje, se dispararon las alarmas. Rápidamente, se activó el protocolo de emergencias con una quincena de bomberos a pie de pista. El aparato tomó tierra con el morro, que se deslizó por la pista durante unos dos kilómetros hasta finalmente lograr detenerse. No hubo que lamentar graves daños durante la maniobra, salvo los desperfectos en el fuselaje de la aeronave. Los equipos de extinción tampoco llegaron a intervenir y no se registraron heridos. Un ocupante fue trasladado en ambulancia pero debido a una dolencia que padece, ya que incluso venía acompañado por un equipo médico desde Alemania.

El aterrizaje de emergencia se produjo en la pista sur del aeródromo de Palma, lo que obligó a cerrar esta zona durante una hora hasta que el jet privado fue retirado por los bomberos y se procedió a limpiar el firme de los restos y los líquidos derramados. Mientras se llevaban a cabo estas tareas, el tráfico aéreo operó entonces por la pista norte. Aena informó de que el incidente no afectó a la actividad del aeropuerto.

Los hechos tuvieron lugar ayer poco antes de las tres de la tarde, cuando la avioneta tenía prevista su llegada a Mallorca. La tripulación se percató entonces de que había un fallo en el tren delantero de aterrizaje y lo comunicó a la torre de control palmesana. El piloto solicitó autorización para efectuar un aterrizaje de emergencia. El aparato volvió a izarse, dio una vuelta y cuando obtuvo el permiso para aterrizar, procedió a realizar la maniobra.

En esos momentos, Son Sant Joan ya había puesto en marcha el protocolo de emergencias y había movilizado a pie de pista a una quincena de bomberos de Aena y de la base militar, así como personal sanitario y vigilantes de seguridad.

El jet privado procedente de Essen con cinco ocupantes aterrizó directamente con el morro y la cola levantada. No fue necesario arrojar espuma ni agua en la pista sur. La aeronave se detuvo por sus propios medios después de rozar con el fuselaje durante unos dos kilómetros. Los daños materiales se limitaron a la parte delantera y hubo un pequeño vertido de aceite y otras sustancias.

Uno de los ocupantes fue trasladado en una ambulancia, ya que se trata de un paciente enfermo. Mientras, el resto, un piloto, un copiloto, y dos miembros del equipo médico que le acompañaba, todos ellos ciudadanos alemanes, abandonaron el aparato sin problemas. Ninguno resultó herido.