Un juzgado penal de Palma condenó ayer a sendas penas de nueve meses de cárcel a tres hombres, uno de ellos preso, por dedicarse a desvalijar a turistas extranjeros en la isla en el verano de 2012, a quienes sustraían sus tarjetas de crédito para luego apoderarse de elevadas cantidades de dinero. Los sospechosos utilizaban terminales de punto de venta (TPV) o datáfonos que poseían para realizar compras ficticias y así poder sacar el dinero. Operaban a través de dos empresas, una de mudanzas, cuyos responsables son dos de los imputados. Con este 'modus operandi', el grupo logró defraudar más de 26.000 euros en verano.

Ayer, tres de los imputados se conformaron con los hechos y aceptaron las penas por un delito continuado de hurto y otro continuado de estafa. La condena de nueve meses de prisión se les sustituye a todos ellos por una multa total de 18 meses con una cuota diaria de dos euros. La fiscal apreció la circunstancia atenuante de reparación del daño como muy cualificada, ya que los encausados ya han pagado la responsabilidad civil. Por ello, les rebajó su petición de pena.

Los sospechosos, en unión de otras personas que no han sido localizadas, entre junio y el 21 de agosto de 2012 se apoderaban de los bolsos y carteras de turistas y luego se beneficiaban de grandes cantidades de dinero gracias a sus tarjetas de crédito que utilizaban en cajeros bancarios o bien en datáfonos. Los imputados actuaban en el Port de Pollença, Alcúdia, Porto Cristo y Marratxí, en las inmediaciones de centros comerciales.

A una de las víctimas, un británico, le sustrajeron su billetero con 420 euros en un mercado al aire libre en Alcúdia y con sus tarjetas bancarias obtuvieron cerca de 12.000 euros. A otra perjudicada extranjera le hurtaron el bolso con 80 euros y con el mismo sistema consiguieron otros 12.000.