Los propietarios del bar musical Coast Line de Sant Antoni, en Eivissa, fueron condenados ayer a un año de prisión por un delito contra el medio ambiente, por el ruido de la música y los espectáculos del local de es Caló de es Moro entre 2002 y 2006. No ingresarán en la cárcel, puesto que la condena se sustituye por sendas multas de 2.520 euros (5.040 euros en total). Los procesados han abonado ya alrededor de 120.000 euros a las familias afectadas por el ruido, los vecinos que vivían en el mismo edificio en el que se encontraba el establecimiento. El juicio se celebró ayer en Eivissa y los dueños, S. S. M. y F. C. P., aceptaron la condena después del acuerdo de conformidad entre la fiscal y sus abogados.

El tribunal de la sección primera de la Audiencia Provincial de Palma anticipó la sentencia. La fiscal solicitaba cinco años y medio de prisión, pero, tras el acuerdo entre las partes, la condena se redujo para la pareja, de nacionalidad española.

El delito cometido es contra el medio ambiente, en su modalidad de contaminación acústica con grave riesgo para la salud de las pesonas, con las agravantes de clandestinidad y desobediencia a las órdenes de las autoridades administrativas de corrección y suspensión de la actividad.

En la vista oral estaban citados el jefe de la Policía Local de Sant Antoni y varios agentes, que no tuvieron que declarar. También figuraban como testigos los vecinos afectados, pero no compareció ninguno al estar ya satisfechas las indemnizaciones en concepto de responsabilidad civil.

Inhabilitación

La condena incluye una inhabilitación para ejercer funciones de dirección en establecimientos como el Coast Line, que está cerrado desde hace años. Sin embargo, pueden continuar con sus demás empresas, explicaron a la salida del juicio los abogados de la pareja, Ascensión Joaniquet y José María Costa.

Los letrados recordaron que el fin de semana se han celebrado las fiestas de apertura de muchos locales de ocio y dieron a entender que se ha producido un agravio comparativo. "El Coast Line era de los pocos con licencia de café concierto en Sant Antoni y hay otros que no la tienen. Han pagado los platos rotos", comentaron, satisfechos sin embargo con la resolución del caso.

Con el acuerdo, los propietarios aceptan los hechos recogidos en el escrito de acusación del ministerio público. El bar, que tenía restaurante y terraza, infringió 33 veces las normas que regulan la emisión de ruidos. La Policía Local de Sant Antoni realizó sonometrías, en las que se demostró que superaban el nivel de decibelios permitido: el 18 de julio de 2004, el 26 de junio de 2005, el 9 de junio de 2006 y el 27 y 28 de julio de este último año. El Coast Line no tenía licencia de actividad para desarrollar actividad musical en el exterior del local ni espectáculos.