Más de medio centenar de perros se amontonaban en apenas 15 metros cuadros de un ático de Palma. Agentes de la Policía Local de Palma intervinieron la tarde del jueves a 52 canes apiñados en un inmueble de la calle Prat de la Riba, en el barrio palmesano de Camp Redó.

"Me han hecho mucho daño. Reconozco que igual había demasiados perros, pero yo los quería a todos", apuntó ayer Matilde, visiblemente consternada, después de que le arrebataran los canes y los condujeran a Son Reus. "No molestaban a nadie", recalcó la propietaria de los animales.

En cambio, la opinión de los vecinos era diametralmente opuesta a la de la dueña de los animales. "El olor era horrible. Los perros ladraban a todas horas, de día y de noche. En verano era insoportable", indicó una vecina de la finca.

"Había una peste muy desagradable. Era un olor como a podrido. Lo hemos denunciado muchas veces, pero ella hacía siempre como si no estuviera en casa. Con un palo los mandaba callar", abundó otra vecina del inmueble.

A raíz de estas reiteradas denuncias vecinales por suciedad, ruidos y olores, sobre las tres y media de la tarde del jueves, efectivos de la Policía Local y del área de Sanidad y Consumo del Ayuntamiento de Palma se personaron en el número 22a de la calle Prat de la Riba.

Como en anteriores ocasiones, nadie respondió a la puerta durante las reiteradas llamadas. No obstante, los agentes portaban una orden judicial de entrada y registro y abrieron la puerta. Los policías retiraron hasta 52 perros que se hacinaban en apenas 15 metros cuadrados.

La propietaria carecía de documentación sanitaria de los animales. No tenían chip y no estaban al corriente de las vacunas. Por este motivo, todos los canes fueron trasladados al centro sanitario de Son Reus para su vacunación y registro sanitario.

Los perros permanecerán en las instalaciones de Son Reus durante ocho días. A partir de este momento, quedarán como animales con posibilidad de adopción.

"Me piden que pague 58 euros por cada animal si los quiero recuperar. No tengo tanto dinero. Me dijeron que tenía cuatro meses y no me han dado tiempo a llevármelos", se lamentó la dueña de la manada de perros que moraban con ella en un ático de la calle Prat de la Riba.