Durante estos meses primaverales es muy frecuente encontrar en los parques y zonas donde hay pinos o cedros, en el suelo, ramas y troncos, plagas de orugas procesionarias que pueden provocar desde lesiones en la piel hasta anafilaxia en personas más sensibles.

Estas orugas se reconocen por su aspecto: cabeza y piel de color negro y costados de color gris, además en su dorso se observan pelos rojizos, llamados tricomas, que son capaces de inducir irritación de la mucosas (nariz, ojos) y si se tocan producen urticaria que puede llegar a provocar desde lesiones cutáneas hasta graves reacciones alérgicas. Ciertas condiciones climatológicas como la sequía o el invierno cálido favorecen la plaga de procesionaria.

La dermatóloga del Hospital Vithas Nuestra Señora de América, María Teresa Truchuelo, explica algunas de las cuestiones a tener en cuenta para evitar que nos piquen y ofrece algunos consejos prácticos para saber cómo tratarlas en caso de vernos afectados.

- Las lesiones cutáneas pueden ser producidas por contacto directo o por el aire (aerotransportadas) por los pelos urticantes que se dispersan y flotan en el aire.

- Las lesiones aparecen en todo sujeto que sea expuesto al contacto con estos pelos, aunque sea la primera vez que se exponga (no necesario sensibilización previa). Se desarrollan a los pocos minutos o como mucho una hora después de la exposición.

- La clínica consiste en aparición de lesiones extremadamente pruriginosas o con sensación de ardor o escozor, sobreelevadas y rojas que aparecen en áreas descubiertas (típicamente cuello y antebrazos).

- Las lesiones suelen durar menos de 24 horas, salvo que se desarrolle un eczema irritativo que en ese caso pueden prolongarse durante días.

- La mejor forma de prevenir la aparición de lesiones producidas por procesionaria es intentar evitar la exposición, evitando pasar por zonas arboladas (especialmente pinares) durante la primavera.

- En caso de pasear por una zona en la que sospechemos pueda existir procesionaria intentaremos hacerlo con ropas que cubran cuello y de manga larga.

- En caso de que el contacto se haya producido intentaremos lavar la zona con agua y aplicaremos frío local que es un gran antiinflamatorio y calmante de la sensación de picor o ardor.

- Como medicaciones indicadas para las lesiones de procesionaria contamos con fármacos de aplicación tópica como los corticoides tópicos y medicación de administración vía oral como antihistamínicos (generalmente no sedantes) que bloquean la histamina liberada al contactar con los pelos de la oruga y que es responsable de la generación de picor.

- Así mismo se puede tomar antiinflamatorios no esteroideos (AINES) que bloquean la liberación de unas sustancias denominadas prostaglandinas que también son liberadas al contacto con los pelos de la oruga y que están implicadas en la inflamación y picor.