Técnicos del Consell de Mallorca visitaron ayer el punto donde el pasado viernes se produjo un deslizamiento de rocas y tierra que obligó al cierre de la carretera de Sóller por unas horas para determinar las actuaciones que se deberán llevar a cabo para garantizar la seguridad de los automovilistas.

Entre los técnicos también estuvo un especialista en la materia que se desplazó desde Barcelona para que evaluara el alcance del derrumbe. Según explicó el técnico de Carreteres Bartomeu Darder, la institución insular "estudiará qué trabajos deberemos realizar para retirar las rocas y asegurar el terreno" para evitar que se puedan producir futuros deslizamientos. Los trabajos para asegurar el terreno se realizarán tan pronto la institución insular disponga de los informes de los técnicos.

Mientras la subsanación del problema no se lleve a cabo, Darder reconoció que la carretera entre Palma y Sóller sufrirá nuevos cortes en la circulación. Estos se producirán en caso de que se registren lluvias intensas que puedan propiciar la caída de nuevas rocas. También se tendrá que detener la circulación de vehículos durante el tiempo en que se trabaje en la zona donde se produjo el deslizamiento. "Muy posiblemente se tendrán que mover o romper las grandes rocas, por lo que sería peligroso para el tráfico de vehículos" aseveró Darder.

El deslizamiento se registró el pasado viernes y las primeras hipótesis apuntan a que se debió a las intensas lluvias que se han registrado en el valle a lo largo de los últimos meses. A pesar de que las piedras no se desplomaron en la calzada, algunas de ellas (de gran volumen) amenazan con rodar y caerse en la carretera. En su caída se llevaron por delante diversos bancales, olivos y pinos causando importantes destrozos en la finca que colinda con la carretera de Sóller.