El Tribunal Supremo ha confirmado la absolución al apicultor que provocó el mayor incendio forestal de Eivissa, que quemó 1.576 hectáreas de un área natural protegida en la sierra de Morna, en el municipio de Sant Joan de Labritja, el 25 de mayo de 2011.

El Supremo ratifica la sentencia absolutoria dictada en mayo de 2014 por la Audiencia de Palma al rechazar el recurso de la fiscalía, que pedía 11 años de cárcel para el acusado, que estuvo preso un año, por haber ocasionado el incendio mediante una imprudencia grave, según el Tribunal Superior de Justicia de Balears.

Según la sentencia, "en lo que a la estricta valoración del comportamiento del acusado se refiere, la conclusión de la Audiencia ha de considerarse plenamente fundada", "sin ignorar ni minimizar en absoluto la trascendencia de los hechos, de una extraordinaria gravedad en cuanto a sus efectos". Sobre dicha gravedad añade que el fuego afectó "a una zona de gran valor medioambiental de forma extremadamente lesiva, por su extensión y por los del ecosistema afectado, tanto para la naturaleza como para el número elevado de personas puestas en riesgo".

El Alto Tribunal considera que lo que se produjo fue un incendio forestal imprudente, pero no culposo, excluye la presencia de una imprudencia grave por parte del apicultor y por tanto considera que se trata de una conducta no punible. Añade que la apreciación de imprudencia grave que defendía el fiscal exigía una omisión por parte del acusado de las cautelas más elementales, y en este caso, el apicultor conocía perfectamente esa actividad que practicaba desde hacía años, mediando el uso de ahumador en la forma habitualmente usada por la generalidad de usuarios, sin viento ni temperatura excesiva en la zona.

Además había en el suelo una carbonera no perceptible por la vegetación que la cubría, por lo que el Supremo considera que no puede afirmarse que la conducta del acusado se tratase de una "actuación grosera constitutiva de la omisión de las más elementales reglas de cautela o diligencia". Por otra parte, el Supremo desestima el recurso del apicultor, que denunció la vulneración de su derecho a la presunción de inocencia.