La Audiencia Provincial ha confirmado la absolución de los seis fundadores de un club de consumidores de cannabis de Eivissa que fueron acusados de narcotráfico. La fiscalía sostenía que la asociación, que contaba con 455 socios, era en realidad una fachada para lucrarse distribuyendo los estupefacientes que cultivaban. Los seis magistrados que han revisado el caso, reunidos de forma extraordinaria "por la trascendencia y el interés" del asunto, rechazan esta tesis y equiparan las actividades de la asociación con el consumo compartido de drogas por parte de un grupo de amigos. Además, entienden que sus actividades no ponían en riesgo la salud pública, como argumentaba el ministerio público.

La asociación Green Lemon fue creada en noviembre de 2011 con el objetivo, según sus estatutos, de cultivar cannabis para distribuirlo de forma controlada entre sus socios, quienes abonaban una cuota de 10 euros mensuales y tenían derecho a dos gramos diarios de marihuana o hachís. Los requisitos eran ser mayor de 20 años, consumidor de cannabis o haber sido diagnosticado de alguna enfermedad para la cual el uso terapéutico de esta sustancia estuviera demostrado. La sede estaba en un local de la calle Joan Planells, donde se reunían los miembros y se entregaba la droga.

En febrero de 2012, la Policía Nacional llevó a cabo una operación y detuvo a tres miembros de la asociación por tráfico de drogas, que quedaron en libertad con cargos. Los agentes se incautaron en el local de Green Lemon de cuatro kilos de marihuana y 107 gramos de hachís, tras lo que un juzgado les ordenó suspender el cultivo y la distribución de cannabis. Seis personas acabaron siendo juzgadas por un delito contra la salud pública, pero un juzgado de lo penal de Eivissa los absolvió al no encontrar pruebas de que sus actividades fueran ilegales.

La fiscalía sostenía que la creación de la asociación tenía como fin dar apariencia de legalidad a la distribución de drogas y recurrió la sentencia ante la Audiencia Provincial. El ministerio público argumentaba que no podía considerarse un caso de consumo compartido dada la gran cantidad de socios y que los controles para comprobar que estos eran en realidad consumidores no eran suficientes.

Los seis magistrados de la sección primera de la Audiencia se reunieron de forma extraordinaria para estudiar el asunto. El tribunal ha confirmado ahora la absolución de los procesados. En la sentencia, consideran que la asociación cumplía los requisitos exigidos por el Tribunal Supremo para considerarlo un caso de consumo compartido: los socios ya eran adictos, la droga se tomaba en un lugar cerrado, la cantidad dispensada era pequeña y los miembros eran identificables. La Audiencia explica que no es punible el cultivo de marihuana entre varias personas para consumo personal y argumenta que no hay una sola prueba de que se vendiera droga a personas que no fueran socios.

En este sentido, el tribunal considera irrelevante la cantidad de personas que formaban parte de la asociación y recuerda que la cantidad que se entregaba -dos gramos- no puede considerarse suficiente para calificarla de tráfico de drogas aunque saliera del local. El fallo explica además que la actividad de Green Lemon no generaba beneficios y que el dinero obtenido iba destinado a los gastos de la entidad, por lo que no existía ánimo de lucro por parte de los fundadores.