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Medio ambiente

La amenaza de las especies invasoras

Con la llegada de las navidades, la compra de animales exóticos se convierte en un peligroso capricho - El Seprona de la Guardia Civil recupera los ejemplares y vela por preservar el ecosistema

Un agente del Seprona sostiene un ejemplar de lémur encontrado en una casa de Marratxí.

Tortugas de Florida, cotorras argentinas, mapaches, erizos de vientre blanco, serpientes del maíz o conejos. Estas son algunas de las principales especies invasoras introducidas en Balears y que amenazan seriamente la fauna autóctona. Los agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) se dedican a perseguir la introducción de estos animales en las islas.

Con las llegada de las navidades, muchos animales exóticos se convierten en objeto de regalo. Y en algunos casos no cuentan con la documentación en regla. Pitones, varanos o lémures se han encontrado en muchos domicilios. Cuando el capricho y la ilusión se desinflan, el dueño más desaprensivo opta por desprenderse de ellos.

"La gente quiere lo que nadie tiene", subraya el cabo Buenaventura Vidal del Seprona para explicar la tendencia por este tipo de animales. La secuencia suele ser repetitiva. A medida que el animal crece, el entusiasmo inicial decae. "Una especie exótica suelta en el monte se convierte en invasora", recalca.

La mayoría de estas especies invasoras causan graves perjuicios ambientales y, en muchas ocasiones, cuantiosas pérdidas económicas. Por este motivo, ante la detección de estos animales, los agentes del Seprona los retiran del hábitat autóctono y los entregan a entidades especializadas en su cuidado.

El Centro de Recuperación de Fauna Silvestre (Cofib), con la sede en Natura Parc, está centrado en albergar aves, reptiles y mamíferos. Suelen llegar directamente del Centro de Acogida de Animales Exóticos. Otros son directamente gestionados por el departamento de Sanidad y Control de Fauna (SCF).

Hasta el pasado 25 de noviembre, el Cofib había albergado 2.144 ejemplares de cabras, 2.122 carpas, 55 conejos, 18 cotorras argentinas, 38 mapaches, 165 tortugas de Florida, cuatro erizos de vientre blanco, cuatro serpientes del maíz y una cotorra kramer. Cada uno de estos animales se comporta como una especie invasora y los daños que pueden acarrear para la fauna autóctona, muy especialmente en una isla, son incalculables.

A nivel mundial, las especies exóticas invasoras suponen la segunda causa de extinción. Solo se encuentra por detrás de la destrucción del hábitat. En toda la UE los perjuicios económicos que provocan se cifran en torno a los 1.000 millones de euros.

La amenaza que comportan estos animales en Balears suponen desplazamientos de la fauna autóctona, sustituciones de unas especies por otras y la alteración de los hábitats.

Así, las tortugas de Florida han afectado seriamente a las poblaciones de reptiles autóctonos como el galápago europeo (Emys orbicularis). La cotorrita argentina (Myiopsitta monachus) cuenta con gran número de ejemplares en Santa Ponça y afecta seriamente al ecosistema de las aves locales.

Por lo que respecta a los mamíferos exóticos, el elevado número de mapaches (Procyon lotor) y coatíes (Nasua nasua) constituyen una amenaza directa para los animales autonómicos y su entorno.

A otro nivel, el ferreret (Alytes muletensis) o sapillo balear se encuentra seriamente amenazado por la introducción en su hábitat de un grupo de hongos (quitridios).

Paralelamente, el tráfico de especies también se produce en sentido inverso. Así, una persona fue interceptada recientemente en el aeropuerto de Son Sant Joan cuando trataba de sacar de Mallorca una tortuga mediterránea (testudo hermanni).

Ejemplares cautivos

Sin embargo, lo más común es que muchas personas intenten mantener en cautividad ejemplares de fauna silvestre y cuya tenencia se encuentra protegida. Buena prueba de ello es que es muy frecuente el decomiso de jilgueros (carduelis carduelis) y verderones (carduelis chloris) enjaulados.

Entre las especies protegidas autóctonas, el Centro de Recuperación de Fauna Silvestre del Cofib ha acogido 96 cernícalos (falco tinnunculus), 175 vencejos (apus apus), 36 alcaravanes (burthinus oedicnemus), medio centenar de autillos (otus scops), 40 lechuzas (tyto alba) y 32 búhos chicos (asio otus). También se albergaron 110 ejemplares de erizo moruno (atelerix algirus), 600 tortugas mediterráneas y 278 tortugas moras (testudo graeca).

No solo las denominadas especies invasoras o las exóticas causan graves perjuicios. Los animales domésticos también provocan graves daños en el medio siempre que les sueltan de su entorno. Así, los perros asilvestrados atacan a los rebaños de ovejas, los gatos depredan nidos y aves de pequeño tamaño. Mientras los cerdos comunes y los vietnamitas erosionan el terreno en su búsqueda desaforada de alimento y evitan el nacimiento de setas de temporada o impiden la floración de determinadas plantas.

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