La Audiencia de Palma ha condenado a 23 años de prisión a José Roig Palau y Luis Francisco Martins Abrantes por el asesinato por encargo de José Julián del Río Cardona, conocido como 'Carlos', el pasado 1 de septiembre de 2010 en el camino de Benimussa (Eivissa), mientras que ha impuesto cinco años de cárcel a Francisco Alonso Alarcón como cómplice del crimen. El magistrado presidente del jurado que la semana pasada declaró culpables a los tres encausados ha fijado las mismas penas que solicitó la fiscal en sus conclusiones.

El juez ha impuesto 23 años a los dos autores materiales de un delito de asesinato con las circunstancias agravantes de alevosía y ensañamiento al considerar que se trata de una pena "proporcionada a la gravedad del delito cometido y a las circunstancias en que se ha materializado".

Por su parte, el tercer sospechoso ha sido sentenciado a cinco años y un día como cómplice, con la atenuante muy cualificada de confesión. La sentencia, que aún no es firme, resalta el testimonio de este último imputado como la prueba "más consistente" y clave para que el jurado popular alcanzara un veredicto de culpabilidad. Según el fallo, su declaración fue creíble por la cantidad de detalles que ofreció, su sinceridad, contundencia y persistencia.

Así, Francisco Alonso Alarcón, 'El Rubio' de 37 años, durante su testimonio en comisaría y en el juzgado proporcionó datos fundamentales para el esclarecimiento de los hechos y en el juicio también colaboró explicando lo ocurrido. Sin embargo, el jurado popular determinó por unanimidad que el hombre tuvo más participación en los hechos que lo que él relató en su declaración. El magistrado detalla en la sentencia que esto puede ser cierto atendiendo al análisis del desarrollo de los hechos junto al contenido de las conversaciones telefónicas intervenidas.

En concepto de responsabilidad civil, los tres inculpados deberán indemnizar a la madre del fallecido, 'Carlos' colombiano de 34 años, con 92.300 euros.

Según se declara probado, los dos principales acusados José Roig Palau 'Pepe', de 46 años, y Luis Francisco Martins Abrantes, 'El Portugués' de 48, recibieron el encargo de matar a José Julián del Río Cardona por parte de una persona que se encuentra en paradero desconocido. Para cumplir lo encomendado, ambos contactaron con Francisco Alonso Alarcón para que localizara a la víctima y la condujera a un lugar determinado.

Una vez dio con el colombiano al que buscaban, Alonso Alarcón lo citó el 1 de septiembre de 2010, entre las dos y las tres y media de la tarde, en el parque de bomberos de Eivissa. Cuando 'Carlos' llegó al lugar, el sospechoso se subió a su coche y lo dirigió a una zona boscosa donde había quedado con los otros dos acusados en el camino de Benimussa, en Sant Antoni (Eivissa).

Francisco Alonso sabía que los otros dos imputados estaban dispuestos a quitarle la vida. De esta forma, favoreció, aunque no de forma decisiva e imprescindible, a que los otros consiguieran su propósito. Así, nada más llegar al paraje, José Roig y Luis Francisco Martins Abrantes se abalanzaron sobre 'Carlos'. Uno de ellos, utilizando un lazo, lo estranguló. También le golpearon repetidamente en la cabeza y la causaron fracturas a nivel craneofacial. La paliza continuó con agresiones en el tórax y el abdomen. Utilizaron un objeto romo para golpearle en el cuero cabelludo. Y, finalmente, con un arma blanca de unos ocho centímetros de longitud le acuchillaron en el pecho y le perforaron la pleura. La víctima murió por asfixia por colapso pulmonar.

El cadáver fue hallado días más tarde semienterrado en la zona rural. La Policía Judicial meses después detuvo a los sospechosos en una gran redada antidroga en el barrio de sa Penya, en Eivissa.

Roig y Abrantes se aprovecharon de su superioridad numérica, que iban armados y que se hallaban en un lugar aislado para cometer el crimen. Por ello, la víctima no pudo defenderse. Además, se ensañaron golpeándole de forma "cruel e innecesaria" para causarle un mayor dolor y sufrimiento antes de acabar con su vida.

La sentencia enumera varios aspectos que no han quedado aclarados. Uno de ellos relacionado con la foto del cadáver tomada por el teléfono móvil de un sospechoso y sus destinatarios. Otro se refiere a lo ocurrido en casa de la pareja del fallecido la noche en que se produjo el crimen.