Los agentes de la Policía Nacional que investigan el caso del asesinato del pequeño Imran tras una paliza que supuestamente le propinó la pareja de su madre en el piso que los tres compartían en Vallobín, están convencidos de que las pruebas refutan la versión de Fadila, la madre. Ayer, ante la juez que instruye el caso y antes de ser enviada junto a su novio a la prisión asturiana de Villabona imputada por un rosario de delitos, que le puede suponer una condena de hasta 33 años, ratificó la declaración que realizó el miércoles en la Comisaría de Oviedo. En ella aseguró que conoció la muerte de su pequeño -en unos días cumpliría 21 meses- cuando fue detenida junto a su novio en León y que estaba convencida de que Imran se encontraba en Galicia junto a unos parientes de su novio, el coruñés David F. V., de 33 años.

El informe forense recoge que la chilaba con la que el niño apareció vestido junto a una maleta en las vías del tren que unen los apeaderos de Feve de La Argañosa y Vallobín le fue colocada cuando ya era cadáver, lo que hace sospechar a la Policía que quien realmente vistió al pequeño fue su madre. Esto "tumbaría" la versión de la mujer, que ayer en el Juzgado de Instrucción número 3 de Oviedo, abundó en su inocencia. Las pruebas forenses también contradicen la declaración realizada ante la Policía por David F. V., que exculpa de lo ocurrido a la chica pero que asegura que el pequeño murió de forma accidental "de un mal golpe". Según el informe pericial Imran habría muerto tras sufrir un importante giro de cuello.

El día de ayer para la pareja comenzó pronto después de que su desesperada situación les llevara a huir tras el crimen (se produjo el pasado viernes 31 de octubre) a León, donde para sobrevivir y costearse su adicción a las drogas habían comenzado a robar y a prostituirse, para este martes entregarse ante el cerco al que les estaba sometiendo la Policía. Sobre las diez de la mañana David F. V. y Fadila C. fueron trasladados de los calabozos de la Comisaría de General Yagüe a los juzgados de Comandante Caballero. Allí, primero él y luego ella, estuvieron declarando hasta pasadas las cuatro de la tarde en presencia de la juez responsable de Instrucción 3, Begoña Fernández, sus abogados y el representante de la Fiscalía del Principado.

De allí salieron conociendo de lo que se les acusa. Los dos se enfrentan a un delito de asesinato con alevosía y ensañamiento (de 20 a 25 años de cárcel), uno de lesiones (de 2 a 5 años de cárcel) y uno por maltrato habitual (de 6 meses a 3 años). Además, a David F. V. se le imputa un delito de robo con fuerza (de 1 a 3 años de cárcel) debido a la denuncia que pesa sobre él por supuestamente robar herramientas del taller mecánico del barrio de la Tenderina en el que trabaja. De esta forma, Fadila C. se enfrentaría a 33 años de cárcel y su pareja a 36. Según fuentes jurídicas consultadas ayer por LA NUEVA ESPAÑA habría que aplicar también el agravante de parentesco, por lo que si finalmente son condenados por todos los delitos que se les imputa deberían enfrentarse a un castigo que debería sobrepasar la mitad superior de los años de la pena final.

Ante la gravedad de los hechos, la Fiscalía solicitó que la pareja fuera enviada a la prisión de Villabona sin fianza y con posibilidad de comunicarse con el exterior, por lo que desde su entrada en el centro penitenciario podrán recibir visitas tanto de sus abogados como de sus amigos y familiares. Al término de los interrogatorios, la jueza mantuvo el secreto del sumario, que estableció durante un mes el pasado día 4. Está previsto que hoy levante el secreto de las actuaciones una vez que la Policía ha recogido todas las pruebas y testimonios necesarios y que David F. V. prácticamente se haya inculpado de todo lo sucedido a pesar de algunas contradicciones que los agentes encuentran en los testimonios.