Ella no sabía que su hijo estaba muerto y él admite que el niño falleció tras "un mal golpe" y que se deshizo del cuerpo trasladándolo en una maleta a las vías del tren. La madre del niño de dos años muerto en Vallobín (Fadila C., marroquí de 21 años) y su pareja (David F. V., gallego de 33 años) declararon ayer en la Comisaría de la Policía Nacional, donde permanecen detenidos como presuntos autores del asesinato del pequeño, que residía con la pareja en un piso de la calle Vázquez de Mella. David declaró durante cuatro horas por la mañana asistido por un abogado de oficio y Fadila por la tarde, durante tres horas. A primera hora de esta mañana han sido trasladados al juzgado. La pareja ha pasado a disposición judicial pasadas las 11.00 horas. Primero ha empezado a declarar David F.V. y después será el turno de la madre del niño.

De las dos declaraciones en Comisaría, la de la madre del pequeño Imran fue la que más sorprendió. La joven aseguró que no sabía que su hijo había muerto hasta que fue detenida por la Policía Nacional el pasado martes en León. Según relató a los agentes, su pareja le aseguró que había enviado al niño con su hermana Alba (con la que supuestamente no tenía relación desde hace cinco años) a Galicia, para que lo mantuvieran, porque la pareja -sin trabajo y sumida en el mundo de las drogas- no tenía cómo hacerlo. La chica aseguró que había creído la versión de David F. V., que la había convencido para marcharse a León a ganar dinero (sobrevivían ejerciendo la prostitución y cometiendo pequeños hurtos) para poder traer a Imran de vuelta. "Ella se declaró inocente, no sabía que su hijo estaba muerto. Creyó lo que él le había dicho. Hay que tener en cuenta que ella estaba amenazada y tenía miedo. Vivía en un ambiente de drogodependencia y violencia de género, es una mujer maltratada", aseguró tras la declaración la abogada de Fadila C., Belén González.

Los policías preguntaron a la joven por qué había roto, de repente, el contacto con su familia, con la que hasta la huida, tenía una relación fluida. A esta pregunta, la madre de Imran respondió que su teléfono "se había roto" y que David la tenía aislada, sin acceso a un teléfono ni a los medios de comunicación, por lo que no se había enterado de que sobre ellos pesaba una orden de búsqueda y detención para responder por la muerte de Imran. "Vivía bajo una amenaza constante. Cuando ella preguntaba por el niño, él le decía que estaba bien, que estaba con su hermana en Galicia", subrayó su abogada tras la declaración en dependencias policiales.

Además, la joven aseguró que el viernes 31 de octubre (supuestamente el día que el niño murió en el piso de Vázquez de Mella) ella no estaba en casa. "No estuvo presente, desconoce qué pudo pasar en la vivienda", relató la representante legal de la marroquí. La joven está embarazada de tres meses.

Unas horas antes, desde las diez de la mañana, había prestado declaración en una sala situada en los bajos de la Comisaría David F. V., con un amplio historial delictivo y antecedentes por malos tratos. El joven exculpó a Fadila C. de la muerte del pequeño y asumió que había muerto en su presencia y de forma accidental "de un mal golpe". Según pudo saber este periódico por fuentes cercanas al caso, también explicó que había sido él quien trasladó el cuerpo del pequeño en una maleta para ocultarlo entre la maleza junto a las vías del tren, cerca del apeadero de Feve en La Argañosa. "Él ha explicado cosas, no ha dicho que es inocente", explicó Eduardo Rueda, el abogado del presunto autor de la muerte del menor.

El letrado, escrupuloso con el secreto judicial que pesa sobre las actuaciones, explicó que su cliente se había mostrado "colaborador" durante todo el interrogatorio y que había contestado "a todas las preguntas" formuladas por los investigadores. Relató lo que había estado haciendo antes, durante y después de la muerte de Imran. Además, según ha trascendido por boca del abogado, fue necesario parar el interrogatorio en varias ocasiones porque el detenido "estaba destrozado" y rompía a llorar cada vez que recordaba determinadas situaciones. "Está hecho polvo", abundó Eduardo Rueda.

También fue necesario detener el interrogatorio de Fadila C., según su defensora, porque supuestamente la joven estaría viviendo ahora el duelo por la muerte de su pequeño. "Se enteró ahora y está abatida", remarcó la letrada.

Mientras esto sucedía en Oviedo, en la localidad gallega de Cambre, la madre de David atendía a las puertas de su vivienda a los medios de comunicación. "Tienen que pagar, la criaturita no tiene culpa. Si son humanos, es normal que lloren", declaró la mujer.

La juez escuchará hoy las declaraciones de los dos detenidos y decidirá cuál es su destino inmediato.