Una banda de ladrones -compuesta por cuatro adultos y un menor- había desvalijado en las últimas semanas numerosas fincas rurales de Llucmajor. Su participación ha quedado acreditada en al menos 28 fechorías. La Guardia Civil los detuvo por los múltiples delitos contra el patrimonio.

La investigación de los agentes del Instituto Armado de Llucmajor se inició hace varias semanas. Los guardias civiles recibieron gran cantidad de denuncias por los robos que se estaban cometiendo en distintas casas de campo de la localidad mallorquina.

Como consecuencia de estas denuncias, los efectivos de la Guardia Civil establecieron un discreto dispositivo de vigilancia en varias de estas fincas. Fruto de este despliegue, los agentes sorprendieron a uno de los cabecillas del grupo con una motosierra en la vía pública. Más tarde comprobaron que había sido sustraída en una casa del camino de Son Marrano. De hecho, en esa misma zona se habían cometido recientemente varios robos.

Los agentes del Instituto Armado detuvieron al sujeto por la sustracción de la herramienta. El delincuente, finalmente, reconoció su participación en algunos de estos robos. A continuación, los investigadores averiguaron la identidad de los otros cuatro presuntos integrantes de la banda, uno de ellos menor de edad. Todos ellos fueron detenidos por robos con fuerza. El juez envió al cabecilla a prisión.

Una nave abandonada situada a las afueras de Llucmajor, los delincuentes lo habían hecho su cuartel general y almacenaban todos los objetos que sustraían. En el interior encontraron cuatro furgonetas robadas y un remolque con los números de bastidor modificados. También intervinieron numerosas herramientas, una ballesta y dos escopetas de balines. Todos estos efectos se encuentran expuestos en las dependencias de la Guardia Civil.