Un joven de 23 años aceptó ayer una condena de tres años de prisión por intentar matar a un hombre al que trató de degollar con una botella de cristal rota en las inmediaciones de un bar en Inca en octubre de 2013. El procesado, que actualmente está encarcelado, confesó los hechos en la Audiencia de Palma y se declaró responsable de un delito de homicidio en grado de tentativa. Inicialmente, la fiscalía reclamaba para él una pena de ocho años de prisión, pero ayer rebajó su petición al apreciar las circunstancias atenuantes de drogadicción y reparación del daño.

Además de los tres años con los que se conformó ante el tribunal de la sección segunda, al acusado también se le ha impuesto la prohibición de aproximarse a la víctima a una distancia inferior a 500 metros, así como comunicarse con ella, por un periodo de seis años.

La brutal agresión se produjo el pasado 26 de octubre de 2013 de madrugada en los alrededores de un pub ubicado en la calle Born en Inca. Sobre las cinco de la mañana, el sospechoso, cuando iba acompañado de dos amigos de origen magrebí que no han sido identificados, mantuvo una discusión con un hombre.

En el transcurso de la disputa, el imputado golpeó al perjudicado en la cabeza con una botella de cerveza. El afectado no pudo reaccionar al no percatarse de la agresión. Como consecuencia del impacto, el recipiente de cristal se rompió y el atacante se marchó del lugar.

Al poco tiempo, el joven, español de 23 años, regresó otra vez a la zona, en esta ocasión, portando en una mano una botella de ginebra y en la otra, el casco de cerveza fracturado con el que previamente había pegado al perjudicado.

Acto seguido, el procesado lanzó el recipiente de ginebra contra la víctima, quien logró esquivarlo. Entonces, el muchacho, frustrado al ver que no le había alcanzado, se acercó al hombre mientras le decía: "¿Ahora qué, eh? ¡Te voy a matar!". Según la fiscalía, con la intención de acabar con su vida, le atacó dirigiendo el vidrio quebrado directamente hacia su cuello. Así, le causó un profundo corte en la zona vital.

A un centímetro de la yugular

La grave lesión se produjo a un centímetro de la vena yugular y, según el escrito de acusación del ministerio público, el agresor repitió su ataque en numerosas ocasiones en distintos lugares vitales de la cabeza. Al final, el acusado no llegó a alcanzar esa zona con el arma blanca, ya que el perjudicado logró repeler la agresión.

Como consecuencia de estos hechos, la víctima sufrió heridas incisocontusas en el cuero cabelludo, con pérdida de sustancia, y con afectación de los músculos del cuello. Precisó tratamiento médico consistente en sutura de heridas y tardó quince días en curar de las lesiones.

Además, al afectado le han quedado como secuelas tres cicatrices de unas dimensiones de seis, diez y tres centímetros de longitud en la zona del cuello, lo que supone un perjuicio estético moderado, según el fiscal.

La víctima no reclama por las heridas sufridas y renunció a las acciones civiles, ya que ya fue indemnizada con anterioridad. Por ello, se le aplicó la atenuante de reparación del daño al joven imputado. En el momento de los hechos, el sospechoso consumía sustancias estupefacientes, lo que también fue valorado por la sala.