Los agentes de la Guardia Civil que investigaron el asesinato de un colombiano en Benimussa, en Eivissa, mostraron ayer durante el juicio su convencimiento de que el crimen fue un encargo relacionado con el narcotráfico. Según relataron, en las conversaciones telefónicas intervenidas a los procesados se evidenciaba la existencia de una fotografía del cadáver "para demostrar que habían matado a la víctima". Los investigadores destacaron también que el testimonio de Francisco A.A., uno de los tres acusados, quien relató "de forma coherente y verosímil" que había llevado a la víctima al lugar del crimen e incriminó a los otros dos como autores materiales, resultó clave para resolver el caso.

El comandante de la Guardia Civil que dirigió las pesquisas contó al jurado que el cadáver, hallado semienterrado en el camino de Benimussa el 17 de septiembre de 2010, fue identificado gracias a que los calzoncillos que llevaba fueron fabricados en Colombia. Así, empezaron a investigar entre los inmigrantes de ese país residentes en Eivissa hasta averiguar que uno de ellos llevaba varios días desaparecido. Además, comprobaron que su pareja se había marchado de la isla. Tras hallar una nota en la que un tal 'Fran' pedía a la víctima, Julián del Río Cardona, que contactara con un número de teléfono comenzaron a intervenir las conversaciones realizadas desde ese número.

Así, según contaron los investigadores, comenzaron a interceptar las comunicaciones de 'Fran', quien resultó ser Francisco A.A. Gracias a estos pinchazos se intervinieron charlas sobre el asesinato en las que quedaba patente "que existía una fotografía de los hechos para demostrar que se había matado a la víctima", según indicó el comandante. Este dato llevó a los agentes al convencimiento de que se trataba de un asesinato por encargo, supuestamente del exmarido de la novia de la víctima, pero este sospechoso nunca pudo ser localizado. Sí lograron contactar con la pareja de Cardona, que estaba "aterrorizada" y se había marchado a Colombia. La mujer no quiso regresar a España para declarar.

La Guardia Civil arrestó a Francisco A.A. en una gran operación antidroga en el barrio de sa Penya de Eivissa cinco meses después. Cuando los agentes le informaron de que estaba acusado del homicidio, confesó. "Nos explicó que había llevado a la víctima a Benimussa, donde estaban esperando otras dos personas, pero que no sabía no lo que iba a pasar", contó un agente. Su relato de lo ocurrido fue "coherente y creíble", porque ofreció detalles que encajaban con la investigación, como la situación en la que quedó el cadáver, las armas utilizadas o el hecho de que el cuerpo fue fotografiado. De este modo, la Guardia Civil identificó a los otros dos procesados, José R.P. y Luis Francisco M.A., como los autores materiales del crimen.

Los investigadores destacaron que a ocho metros del lugar en el que apareció el cadáver encontraron cinco colillas, una de las cuales tenía ADN de José R.P. Además, comprobaron que en su finca había una valla de alambre verde, idéntico al encontrado en el escenario del crimen y con el que al parecer fue estrangulada la víctima.