"Estamos muy indignados con el trato recibido por el Ayuntamiento de Ciutadella. No se han puesto en contacto con nosotros, con la familia. He tenido que ser yo la que les ha llamado constantemente para hacer los trámites y gestiones. Nos hemos sentido totalmente desamparados". Mireia Ribero, hija de Núria B.M., la mujer catalana de 66 años que falleció el pasado domingo en el hospital de Son Espases, en Palma, tras ser arrollada por un caballo y su jinete durante las fiestas de Sant Joan de Ciutadella, no puede ocultar su malestar tras los últimos días vividos.

El pasado miércoles a las ocho de la mañana llegó a Palma, procedente de Barcelona, nada más enterarse de que su progenitora había sido trasladada en estado crítico en un avión ambulancia desde Menorca a Mallorca. Ha permanecido junto a una amiga pendiente de la evolución de su madre, ingresada en la UCI de Son Espases hasta que el domingo pereció.

"El primer contacto que tuve fue con la Policía Local de Ciutadella porque era imposible llamar al Ayuntamiento. Siempre salía la centralita. Me llamaron una vez pero estaba en la UCI con los médicos y no podía hablar. Entonces, recibí un mensaje en el móvil con el número de teléfono del seguro. Qué poco tacto. Qué falta de humanidad", se lamenta la joven.

"Me parece increíble que yo tuviera que hacer todas esas gestiones con mi madre en la UCI. Hablé con la persona encargada de las pólizas y me dijeron que solo cubría la asistencia sanitaria. ¡Pero si mi padre y mi madre han estado ingresados en hospitales de la sanidad pública todos estos días! Luego, me informaron de que no tenían ninguna póliza de daños a terceros", prosigue Mireia Ribero, visiblemente contrariada.

"También llamé al servicio de protocolo del Ayuntamiento y me dijeron que estaban muy preocupados y ni siquiera nos telefonearon ni fueron a visitar a mi padre, que estaba ingresado en el hospital Mateu Orfila. En cambio, el alcalde en seguida fue a ver al jinete. La regidora no fue a ver a mi padre hasta el viernes. Él estuvo solo en el hospital. El trato humano recibido fue nulo", añade.

Su progenitor sufrió una fractura de tibia y peroné en el accidente ecuestre. Ahora, ya ha regresado a Barcelona, "gracias a nuestras gestiones y su seguro privado", apunta la hija. "Desde el Ayuntamiento me trasladaron la responsabilidad de mis padres en lo ocurrido. Espero que el año que viene haya más medidas de seguridad o limiten el acceso", explica Ribero. "Hoy me ha llamado la teniente de alcalde y me ha preguntado cómo estaba mi madre. Le he dicho que estaba muerta y que salía ya en la prensa. Imagínate si estaban en contacto..."