La precariedad se ha instalado en los juzgados de Palma. A la habitual saturación y los continuos problemas en el sistema informático se ha sumado ahora un grave problema en la asistencia durante los fines de semana a detenidos y víctimas que no hablan castellano. Los sábados y los domingos es una empresa externa, que logró la concesión de este servicio, quien se encarga de facilitar intérpretes para traducir las declaraciones. El sistema es un auténtico desastre y ha provocado situaciones surrealistas.

El pasado fin de semana se tardó tres horas en conseguir uno de inglés y al final apareció uno de holandés que tenía nociones de aquella lengua. Otro día fue misión imposible lograr uno de francés, por lo que finalmente fue un funcionario que domina este idioma el que llevó a cabo esta labor. Pero para tercermundista, el papelón que tuvo que hacer un funcionario con un ciudadano chino. Tras varios días esperando en vano conseguir un intérprete, el trabajador se vio obligado a echar mano del traductor de Google para decirle que era imposible atenderle y que podía marcharse. Escribió la frase en español y le mostró la pantalla para que la leyera en su idioma. Y ojo, porque estamos ya a las puertas del verano, cuando la afluencia en los juzgados de extranjeros que no saben castellano es máxima, por lo que los problemas pueden agudizarse durante los próximos meses.

Polvo blanco en el patio

El viernes de la semana pasada, agentes del Servicio de Vigilancia Aduanera llevaron al juzgado de Vía Alemania un paquete que, según sus sospechas, contenía droga. Dentro había un termo metálico con las piezas soldadas, por lo que su apertura fue muy complicada. Al final, recurrieron a una radial con la que cortaron el objeto en el patio del edificio y comprobaron que contenía cocaína. Al hacerlo, una parte del polvo blanco quedó esparcida por la acera. Y para evitar tentaciones, el vigilante de seguridad se apresuró en arrojar un barreño de agua encima para eliminarlo.

Robo a la prensa

Los periodistas que el pasado sábado cubrían en Vía Alemania la declaración ante el juez Castro del teniente de alcalde de Valencia vivieron momentos de tensión. No fue por la vorágine informativa del caso Noos, sino porque un hombre intentó robar la chaqueta de una reportera. Un compañero de la perjudicada sorprendió al ladrón y logró ahuyentarle.

La celda de los hermanos Marx

Esta semana fue juzgado en la Audiencia un hombre acusado de intentar asesinar a su cuñado, al que trató de disparar varias veces sin conseguirlo porque el arma se le encasquilló. Los dos familiares se habían reconciliado ya tras aquel suceso y por el calabozo de la Audiencia, en el que esperaba el acusado, empezaron a desfilar allegados para darle ánimos al grito de "¡Campeón!".

Un olor nauseabundo

Los peatones que caminaban el miércoles por la tarde por la céntrica calle Colón de Palma se vieron obligados a taparse la nariz. Los descomunales excrementos de un caballo que había pasado por la zona hacían el aire irrespirable. La Policía Local, que recibió varias llamadas de ciudadanos indignados, envió a una brigada para que los retirase cuanto antes.

Angustioso rescate

Una mujer embarazada sufrió un accidente de tráfico el jueves por la tarde en la rotonda de Can Blau. El airbag evitó que sufriera lesiones graves, pero la dejó atrapada debido a su voluminosa barriga. Los bomberos tuvieron que rescatarla.

Una solución para la indigente de la plaza Joan Carles I

Desde hace dos años, una mujer alemana se había instalado en la plaza Joan Carles I, pese a su solvencia económica, con numerosos enseres. Padece un trastorno y tras la intervención de la Policía Local y los Servicios Sociales ingresó en Son Espases y ha sido incapacitada. Los agentes han retirado esta semana todos sus efectos, como muestra la imagen, y la plaza vuelve a lucir.