Un británico despechado por los celos vació una garrafa de diez litros de gasolina en el suelo de la cocina de su casa. Su mujer y sus tres hijas se encontraban en el interior. Agentes de la Policía Local de Palma le detuvieron antes de que lograra prender fuego.

Los hechos ocurrieron sobre las ocho menos diez de la mañana del pasado lunes en un domicilio situado en el Camí de Jesús de Palma. La sala del 092 recibió una llamada en la que se alertaba de que se estaba produciendo un caso de violencia doméstica y un intento de incendio en una vivienda.

Una patrulla de la Policía Local de Palma se dirigió hacia este domicilio y se topó con una mujer británica y sus tres hijas de corta edad.

La víctima se encontraba en un estado de evidente nerviosismo sin acertar a explicar qué era lo que le había ocurrido.

Asimismo, los agentes encontraron a un hombre de nacionalidad británica visiblemente alterado. De sus ropas emanaba un fuerte olor a gasolina. Los policías le inmovilizaron, debido a que se encontraba por completo fuera de control.

La mujer, por su parte, explicó a los policías que su marido sabía que mantenía una relación con otro hombre desde hacía algún tiempo. Esta circunstancia le había puesto fuera de sí. Hasta el punto de que ella había sufrido reiterados malos tratos físicos y psíquicos.

Según la versión de la esposa, unos momentos antes de la llegada de los agentes de la Policía Local su marido la había tirado al suelo, le propinó varias patadas por el cuerpo y le arrancó un mechón de pelo.

El agresor se encontraba por completo fuera de sí y vació los diez litros de gasolina de una garrafa que portaba en el suelo de la cocina. El combustible quedó esparcido por toda la estancia.

La mujer se temió que la vivienda se pudiera incendiar en cualquier momento y sacó a sus tres hijas de once, ocho y seis años del inmueble. Las introdujo en un coche y se las llevó consigo. Pese a que todas estaban sanas y salvas, sufrieron un ataque de ansiedad.

Una dotación de bomberos de Palma se personó rápidamente en el domicilio del Camí de Jesús para hacerse con el control del combustible derramado, antes de que entrara en llamas. Los expertos arrojaron arena para que lo absorbiera y esparcieron varios productos para que eliminara la gasolina.

Finalmente, los agentes de la Policía Local lo detuvieron al británico, de 44 años, por un presunto delito de malos tratos en el ámbito familiar. Los funcionarios lo trasladaron a la Jefatura Superior de Policía, donde ingresó en el calabozo. El martes fue llevado ante el juez, pero este lo dejó en libertad, ya que la mujer no se ratificó en la denuncia.