La Policía ha vuelto a detener a un comerciante de una tienda del centro de Palma por un delito de tráfico de armas. Joan Pujadas fue juzgado el lunes en la Audiencia Provincial de Palma y condenado a dos años de prisión por un delito de depósito de armas.

En esta segunda ocasión, la Policía Nacional le intervino 17 pistolas y fusiles antiguos. Al parecer, el comerciante compraba marcas inutilizadas y supuestamente las arreglaba para su venta.

La investigación policial se inició a raíz de la incautación de un arma intervenida a una clavelera. Esta mujer aseguraba que se la había vendido Pujadas.

El comerciante negó categóricamente que hubiera vendido esta arma. Según su versión, desde hace más de seis años no realiza ninguna y "siempre las vendía inutilizadas", precisó. Las 17 piezas se las llevaron de su domicilio después de que supuestamente diera su consentimiento para el registro de la vivienda.

La Policía sostiene que de las 17 armas intervenidas cuatro de ellas tienen capacidad para fuego real. Pujadas, por su parte, lo niega. El coleccionista asegura que solo funcionan una pistola de señales alemana de la Segunda Guerra Mundial, un fusil lanzacabos como el de la película Tiburón y otro fusil Rolling Block, de 1800, de la Guerra de Cuba.