La Audiencia Provincial de Palma ha condenado a cinco años de cárcel a un hombre que quemó un chalé del que acababa de ser desahuciado en Llucmajor. La sentencia declara al acusado, un alemán de 56 años, autor de un delito de incendio y considera que puso en riesgo la vida de los vecinos. El fuego arrasó toda la vivienda, de dos plantas, y causó daños valorados en más de 108.000 euros que el acusado deberá abonar al propietario del inmueble. El tribunal no da credibilidad a la versión del imputado, que afirmaba haber provocado el incendio de forma accidental al quemar unas fotografías.

Los hechos, según declara probado la sentencia, ocurrieron a principios de 2013. El 9 de enero el acusado fue desahuciado de un domicilio en el que llevaba viviendo 12 años como inquilino, un chalé de dos plantas situado en el número 5 de la calle Botafoc, en la urbanización Bellavista de Llucmajor. Llevaba varios meses sin pagar la renta y un juzgado de primera instancia había resuelto que debía marcharse del inmueble. Cuatro días después, hacia las cuatro de la madrugada del 13 de enero, el hombre cogió una garrafa de gasolina, esparció el combustible por el domicilio y le prendió fuego. Las llamas se extendieron con rapidez por las dos plantas del edificio.

Los vecinos detectaron el incendio de inmediato y alertaron a los servicios de emergencias. Varias dotaciones de los Bombers de Mallorca, de los parques de Llucmajor y Felanitx, así como patrullas de la Policía Local y la Guardia Civil acudieron enseguida al lugar. Los efectivos de extinción tardaron tres horas en sofocar el fuego, que arrasó por completo el inmueble, aunque no hubo heridos. Los daños ascendieron a 108.278 euros. El acusado fue detenido en el lugar, donde reconoció a los agentes que había pegado fuego al chalé intencionadamente como venganza por haber sido desahuciado. Ese mismo día ingresó en prisión por orden judicial.

Durante el juicio celebrado hace unas semanas en la Audiencia de Palma, el hombre ofreció otra versión y relató al tribunal que el origen del incendio fue accidental. El acusado explicó que actuó movido por la nostalgia que le generó ver una fotos de su familia tras el reciente fallecimiento de su madre. Así, decidió prender fuego a las imágenes y fue a buscar una garrafa de gasolina que tenía en el garaje, las roció con el líquido inflamable y las quemó. Cuando el fuego empezó a extenderse intentó apagarlo con una manta pero le fue imposible y decidió salir de la vivienda.

El tribunal no da credibilidad a esta versión. Los magistrados explican que fueron los vecinos quieres alertaron del incendio al 112 y que el acusado se limitó a meterse en su coche y observar el avance de las llamas. Además, los investigadores de la Guardia Civil concluyeron que el foco inicial del incendio era un montón de objetos apilados en el salón y que había otros en diferentes puntos del inmueble.

La sala entiende también que la magnitud del incendio supuso un riesgo potencial para la vida de los vecinos, ya que el chalé está ubicado en una urbanización de casas unifamiliares adyacentes, separadas por una distancia de tres metros y medio, en las que había personas durmiendo cuando se declaró el fuego.

La sección segunda de la Audiencia considera al procesado autor de un delito de incendio, por el que le impone cinco años de prisión. Además, el tribunal le condena a indemnizar con 108.278 euros al propietario del chalé por los daños causados.