La Audiencia Provincial ha condenado a doce años, seis meses y un día de prisión a Mustapha M., el hombre al que un jurado popular declaró culpable de haber matado a su expareja en Palma. El fallo le declara autor de un delito de asesinato con la agravante de parentesco y las atenuantes de confesión y trastorno mental transitorio. Además, considera que las graves secuelas que padece por haber ingerido sosa cáustica tras el crimen constituyen de por sí una pena natural. El condenado, deberá indemnizar con 65.000 euros a cada uno de los tres hijos de la víctima y con otros 50.000 a su marido.

La sentencia, como declaró probado el tribunal popular tras el juicio celebrado la semana pasada, relata que los hechos ocurrieron el 31 de marzo de 2013 en un piso de la calle Aragón. Ambos seguían compartiendo vivienda pese a que habían cortado ya su relación tras varios meses de noviazgo. El acusado, de 39 años, no aceptaba la ruptura y después de que la víctima, Soledad Arnez, de 34, hubiera pasado toda la noche fuera de casa la atacó mientras se duchaba. El hombre le asestó una cuchillada en el abdomen que le atravesó el hígado y el pulmón y le causó la muerte en pocos minutos. Tras el crimen, el procesado limpió la bañera, el suelo del baño y el pasillo. También lavó el cadáver y lo llevó hasta su cama, donde lo tapó con mantas y toallas. Mustapha M., arrepentido por haber matado a su expareja, ingirió entonces sosa cáustica, llamó a un taxi y se entregó en la Jefatura de Policía, donde confesó el crimen.

El tribunal declara al acusado autor de un delito de asesinato, ya que el ataque se produjo por sorpresa y sin que la víctima tuviera posibilidad de defensa. Además, el magistrado entiende que deben aplicarse la circunstancia agravante de parentesco y las atenuantes de trastorno mental transitorio y confesión. En ese sentido, la sentencia considera que las graves lesiones que padeció el acusado al ingerir la sosa cáustica, por las que tuvo que ser intervenido quirúrgicamente y que le han dejado secuelas de por vida, suponen una pena natural. Así, rebaja en un grado la pena prevista por el delito de asesinato.

De este modo, la Audiencia impone a Mustapha M. doce años, seis meses y un día de prisión, frente a los quince que solicitaban la fiscalía y las acusaciones particular y popular. El magistrado le condena además a indemnizar con 65.000 euros a cada uno de los tres hijos de la víctima, una niña de 15 años y dos niños de 16 y 8, y con otros 50.000 al marido. Los cuatro familiares residen en Bolivia, de donde era originaria la mujer asesinada.