Esta semana un equipo de televisión acudió al domicilio del patriarca del clan de Los Peludos para entrevistarle sobre la operación policial que estaba en marcha por ocupar pisos vacíos y alquilarlos. Los reporteros estaban hablando con el hombre cuando se presentó en la vivienda un grupo de agentes para llevar a cabo nuevas detenciones. La presencia de los periodistas les hizo echarse atrás y esperar unas horas. El patriarca se mostró eternamente agradecido. Quizá por ello los 15 detenidos fueron amables con las cámaras cuando pasaron a disposición judicial: "Paz, paz. ¡Somos el clan!", proclamaban. Los Peludos coincidieron en Vía Alemania con otros dos detenidos, acusados de los incidentes en la manifestación de apoyo a la casa okupa desalojada y derribada en Barcelona y cuyos compañeros se concentraron a las puertas del juzgado. Esta extraña mezcla provocó cierta inquietud en la Policía, que amplió la seguridad en los juzgados, aunque finalmente todo discurrió con tranquilidad.

Kitt no pudo ayudarles

Y es que Los Peludos son gente peculiar. La Policía Nacional les ha intervenido nueve vehículos de alta gama, entre ellos un Pontiac Firebird, el mítico modelo que pilotaba David Hasselhoff en la serie El coche fantástico. Kitt no les ha servido esta vez para escapar del peligro. Los agentes requisaron también en uno de los registros un libro: Yo , el prestamista, de Joaquín Fernández, el hombre que organizó una macrofiesta con 1.500 invitados para celebrar la boda de su hijo.

A la cárcel por amor

La joven que fue detenida con su novio la semana pasada por apuñalar a su excompañero en la plaza de España se desmoronó cuando supo que él iba a la cárcel y ella quedaba libre. La chica, entre sollozos, pedía poder estar con su pareja aunque para ello tuvieran que ingresarla también en el centro penitenciario. No lo consiguió. Pese a que ambos aseguraban que había sido ella quien acuchilló a la víctima, ni el fiscal ni el juez dieron credibilidad a esta versión, porque su baja estatura -mide 1,30 metros-, hace casi imposible que pueda apuñalar a alguien en el pecho. Además, varios testigos contradecían su relato de los hechos.

Providencial intervención

La semana pasada desapareció en Andratx un alemán de 78 años enfermo de alzhéimer. El hombre, un apasionado de la fotografía de paisaje, salió a pasear por la tarde y no regresó a casa por la noche. Durante toda la madrugada y la mañana siguiente un gran operativo de emergencias, formado por 40 personas, rastreó la zona a conciencia. Todo acabó bien, gracias en parte a la intervención de un concejal socialista del municipio. El edil, taxista de profesión, vio la fotografía del hombre que se había distribuido a los medios de comunicación y recordó que la tarde anterior lo había llevado en su vehículo hasta el Coll de sa Gramola. Los equipos de emergencias se desplegaron por la zona y en cuestión de minutos encontraron al hombre, con algunas contusiones pero sano y salvo.

Castigo doble

El pasado jueves por la mañana un coche se cayó al mar en es Portitxol. El propietario lo había dejado aparcado en el muelle, pero al parecer olvidó poner el freno de mano y el vehículo acabó desplazándose y la zona del motor quedó sumergida. El castigo fue doble, ya que además había estacionado el automóvil en una zona prohibida y, antes de caer al agua, había sido multado por ello.

Los escualos de la ley explican la ordenanza cívica

La escalofriante imagen se tomó el viernes, cuando los responsables de la Policía Local de Palma se reunieron con vecinos y comerciantes de s´Arenal para explicarles la ordenanza cívica. La cita fue en el Palma Aquárium, y tanto el concejal de Seguretat, Guillem Navarro, como el jefe de la Policía, Joan Mut, se colocaron delante de una enorme foto de tiburones. ¿Querían dar una imagen de ferocidad en la lucha contra la delincuencia? Pues lo han conseguido.