Francisco C.A., el joven cuya autoinculpación ha paralizado el macroproceso contra varios clanes de Son Banya, fue uno de los pocos acusados que acabaron condenados en el ´caso Kabul´.

El joven no se benefició de la anulación de los pinchazos telefónicos decretada por el tribunal, que supuso la absolución de buena parte de los 55 procesados. El fallo le impuso tres años de cárcel y una multa de 2.000 euros por un delito contra la salud pública, aunque apreció la atenuante de dilaciones indebidas. La condena no es firme, ya que varios de los condenados recurrieron ante el Tribunal Supremo.

Este es el único antecedente penal de El Ico Pequeño, hijo de Juan El Loco, un hermano de La Paca. Francisco C.A. fue citado a declarar como testigo el pasado miércoles en el macrojuicio contra varios clanes de supuestos narcotraficantes del poblado de Son Banya. Por sorpresa, el joven reconoció que el paquete con droga que se encontró en la gallera de un hijo de La Sole lo colocó él allí tras habérselo encontrado casualmente en el campo. Tras autoincriminarse, fue detenido y el juez de guardia lo envío a prisión, donde ha pasado una semana.