La Guardia Civil volvió ayer a la playa de Son Bauló para registrar concienzudamente una tienda de campaña situada a unos trescientos metros del lugar donde apareció el viernes el cadáver de una mujer asesinada tendida en la arena. Los investigadores buscaban pruebas que contribuyeran a esclarecer el crimen. El morador, un indigente alemán, no fue localizado.

Durante la mañana de ayer, efectivos de la Policía Judicial y del puesto de la Guardia Civil de la zona dieron una nueva batida en la paradisíaca playa de Can Picafort. El objetivo era recabar más pistas sobre el terreno para reconstruir el asesinato de la mujer.

La frondosa vegetación que copa buena parte de la playa impedía una fácil observación a ras de suelo. Por este motivo, un helicóptero del Instituto Armado sobrevoló la zona y oteó desde el aire las inmediaciones del lugar donde apareció el cadáver de la víctima.

La contribución de la aeronave de la Guardia Civil resultó crucial. Los ocupantes divisaron una tienda de campaña situada a unos trescientos metros de distancia del punto donde fue hallado el cuerpo de la mujer asesinada.

Orden judicial de registro

A continuación, los investigadores solicitaron a la jueza de Inca, encargada de las diligencias del caso, la preceptiva orden de entrada y registro para inspeccionar la tienda de campaña. No había nadie en el interior. El morador, un indigente de unos 50 años de edad de nacionalidad alemana que llevaba varios meses residiendo allí, había desaparecido. No obstante, los agentes recogieron diversos efectos para tratar de determinar su pudieran tener alguna relación con el crimen.

Hasta el momento la mujer hallada muerta con señales de violencia, a primera hora de la mañana del pasado viernes, por un transeúnte continúa sin ser identificada.

Los investigadores de la Guardia Civil han mostrado su imagen en numerosos albergues de indigentes y a vecinos de la localidad para ver si alguien la podía reconocer. La búsqueda ha resultado infructuosa.

Ni en los ficheros de la Guardia Civil ni en los de la Policía Local de Santa Margalida figura una persona desaparecida que pudiera encajar con los rasgos físicos de la víctima.

La mujer asesinada hallada en Son Bauló era de un delgadez extrema. Su dentadura estaba muy deteriorada y le faltaba uno de sus incisivos. Por este motivo, los indicios apuntan a que pudiera tratarse de una indigente o que sufriera algún tipo de adicción. Ha sido en estos círculos donde se han centrado las pesquisas de los investigadores.

La víctima vestía una sudadera de color azul con un llamativo dibujo. Llevaba puestas unas botas tejanas muy desgastadas y unos pantalones vaqueros.

La mujer presentaba un fuerte golpe en la cara propinada con una piedra. Aunque la autopsia determinó que falleció por asfixia y el cuerpo fue arrastrado cuarenta metros por la arena.