El tribunal del jurado popular ha declarado culpable de homicidio con atenuantes a Paulo César Martín Baptista, exjefe de seguridad de un hotel de Ibiza por la muerte de Abel Ureña. El jurado sostiene que el acusado era consciente de que al golpearlo había posibilidad de que la víctima muriera, pero señalan los atenuantes de arrebato por su aversión a las drogas y reparación parcial del daño.

El juicio comenzó este lunes con la declaración del acusado que aseguró que había agredido a la víctima porque estaba vendiendo droga.

La Fiscalía, que solicitaba 15 años de prisión, ha rebajado su petición a 9 años, 11 meses y 21 días. La acusación particular se ha sumado a esta petición. Por su parte, la defensa ha solicitado dos años y medio de cárcel.

El jurado ha apoyado su veredicto en el hecho que cree confirmado que el acusado propinó un puñetazo a la víctima a sabiendas de la desigualdad física existente entre ambos y asumiendo que con sus conocimientos de boxeo, el golpe podría ser mortal.

También ha considerado probado que Baptista sorprendió a Ureña en el momento en que este pasaba droga. Esta circunstancia ha sido considerada un atenuante porque un hermano del acusado había fallecido a causa de las drogas, lo que le provocó un "estado anímico de bloqueo de conciencia y deterioro casi pleno de su comportamiento".

El jurado también ha aceptado como atenuante el hecho de que Baptista ya ha pagado 12.000 euros a la familia, aunque la Fiscalía pide 80.000. Baptista podría tener que cumplir una pena máxima de diez años.

El juicio

Numerosos excompañeros de Abel Ureña declararon ante el jurado cómo Paulo César Martín Baptista golpeó dos veces seguidas al joven en la misma noche en el hotel Ushuaïa de Platja d´en Bossa. El primer golpe le dejó aturdido y el segundo puñetazo le causó la muerte días después. Todos negaron que la víctima traficara con droga, tal y cómo afirmó el día anterior el procesado.

Dos forenses sustentaron la hipótesis de que el puñetazo de Paulo César Martín Baptista a Abel Ureña en el hotel Ushuaïa de Platja d´en Bossa no fue la causa de la muerte del joven camarero, si no el golpe que se produjo al caer al suelo.

Durante el uso del derecho a la última palabra en el juicio con jurado, Baptista manifestó estar "muy arrepentido".

Los hechos ocurrieron el 19 de agosto de 2011. El acusado trabajaba como jefe de seguridad en el hotel, aunque los propietarios afirman que solo era un portero. Había conseguido el trabajo utilizando una identidad falsa, José Pereira Sousa. Tras ser condenado por extorsión en Portugal, huyó del país y se escondió en la isla. Según la acusación, el empleado de seguridad mantuvo una discusión con Abel Ureña, camarero del local. Le propinó un primer puñetazo cuando la víctima estaba recogiendo las mesas de la zona vip. Minutos después volvió a golpearle en la zona de descanso del personal.

El vigilante entró en la habitación y al tiempo que gritaba «lo mato, lo mato», lanzó un golpe directo a la cabeza del camarero. El joven perdió de inmediato el conocimiento y no lo volvió a recuperar. Fue ingresado en la Policlínica del Rosario. Cuando llevaba 20 días en coma sufrió una hemorragia masiva en el cerebro y murió. El acusado tuvo tiempo suficiente para huir. De hecho, el mismo día de la agresión, consciente de la gravedad del golpe, compró un billete para viajar a Barcelona. De allí huyó a Holanda, donde fue detenido meses más tarde.