Un hombre acusado de violar a una mujer tras amenazarla de muerte con una catana en Alcúdia alegó ayer durante el juicio que la víctima era su novia desde hacía un año y que las relaciones sexuales siempre fueron consentidas. La perjudicada, por su parte, rechazó esta versión y aseguró que "estaba muerta de miedo", por lo que acabó accediendo a las pretensiones del sospechoso, para quien la fiscalía pide siete años de prisión.

Los hechos se remontan al 3 de julio de 2011. La víctima relató que conocía al procesado de vista y que nunca han sido pareja. "Nos encontrarnos en un bar de Alcúdia y me propuso consumir cocaína. Luego fuimos a mi casa, pero queríamos ver una película y acabamos en la suya. Nos sentamos en el sofá y empezó a abrazarme", relató la víctima. "Me dijo que iba a violarme, me enseñó dos espadas, que tenía allí, las desenvainó y dijo que me mataría y luego se suicidaría. Yo estaba muerta de miedo. Me metí en el baño, para intentar escapar, pero la ventana era pequeña y había mucha altura. Así que accedí a mantener relaciones. Yo solo quería salir viva de allí", afirmó la mujer.

El sospechoso, por su parte, contó que ambos eran novios desde hacía un año y descartó haber violado a la víctima. "Aquel día me llamó para quedar. Estuvimos consumiendo cocaína y cuando fuimos a mi casa ella empezó a tocarme y me dijo que fuéramos a la cama. Mantuvimos relaciones, pero no la forcé ni la amenacé con la catana", afirmó el acusado, un marroquí de 40 años. "Esto es una trampa porque alguien le ha comido la cabeza a ella", sentenció el hombre.