Un empresario mantenía a dos trabajadores magrebíes explotados en condiciones infrahumanas, sin agua corriente, en una finca agrícola de Palma. Las víctimas debían trabajar un mínimo de 10 horas diarias durante, al menos, seis días a la semana por un mísero salario de 70 euros mensuales. La Policía Nacional detuvo al patrón, de 54 años por un presunto delito contra los derechos de los trabajadores y por discriminación laboral.

La investigación se remonta a algunas semanas. La Policía Nacional recibió varias denuncias contra un empresario, al que se le atribuían numerosas irregularidades en la contratación de trabajadores extranjeros, sobre todo de origen marroquí.

Agentes del Cuerpo Nacional de Policía, en colaboración con Inspección de Trabajo, se hicieron cargo del caso y activaron la denominada ´Operación Sa Flor´.

Los dos trabajadores magrebíes habían sido contratados, en principio, como jardineros. No obstante sus funciones se extendían a labores tales como albañiles, traslado de muebles y enseres... No contaban con ninguna medida de seguridad.

Cuando las dos víctimas se quejaban de las continuas penurias que pasaban y de sus problemas, incluso, para poder beber agua después de sacarla de un pozo, el empresario no vacilaba en recriminarles su actitud. "Mejor estáis aquí que aparcando coches en la calle", les espetó.