Alejandro de Abarca, presunto asesino de la joven Ana Niculai, se ha sendado en el banquillo de los acusados desde este lunes, desde las 9.30 horas, para ser juzgado por los hechos que acaecieron el 19 de julio de 2010, cuando secuestró a la víctima, la introdujo en el maletero de su coche y, tras conducir durante varias horas por varios puntos de Mallorca con ella dentro, acabó prendiendo fuego al vehículo hasta que la joven falleció por asfixia.

En concreto, la Fiscalía solicita para De Abarca, más conocido como 'el enano', un total de 31 años y medio de prisión por delitos de detención ilegal, robo con violencia en las personas, conducción sin permiso y asesinato en concurso con otro de incendio. Será un jurado popular el que se encargue de enjuiciar los hechos y dirimir si el acusado fue culpable de acabar con la vida de Niculai, que tenía entonces veinte años.

Todo comenzó cuando entre las 7.00 y las 7.30 horas el presunto asesino se apostó en el aparcamiento ubicado en la calle Jeroni Pou de Palma y, al llegar allí Niculai con su Audi, De Abarca se acercó a ella y la introdujo, tras forcejear, en el maletero del vehículo, maniatándola y amordazándola.

Seguidamente, según narra la Fiscalía en su escrito de calificación provisional, con intención de beneficiarse económicamente 'el enano' se apoderó del coche y de 500 euros que llevaba la víctima, se dirigió al poblado de Son Banya -conduciéndolo sin poseer el carnet de conducir- y adquirió heroína, consumiendo de inmediato parte de la droga sin que ello afectase a sus facultades intelectivas y volitivas.

No obstante, puesto que Niculai no cesaba de gritar desde el interior del maletero, el procesado decidió inyectársela también a ella al menos en tres ocasiones para tranquilizarla y evitar que hiciera ruido. Tras dirigirse al municipio de Muro para ver a su hermano y echar gasolina al coche, volvió a Palma y acudió a la Plaza de Sant Antoni habiendo colocado a la joven ya en el asiento trasero con una bicicleta encima.

Sin embargo, tras tomar una cerveza en un bar, De Abarca regresó de nuevo a Muro y en un descampado ató a Niculai en un árbol para evitar que se escapara, mientras él se dirigió a un taller mecánico en otro municipio, Lloret, para que le arreglaran un pinchazo en una rueda.

Fue sobre las 20.00 horas del mismo día cuando 'el enano' se dirigió al Camino de S'Amarador de Muro con la víctima de nuevo en el maletero cuando, con intención de acabar con su vida y de destrozar el vehículo, roció con la gasolina adquirida el cuerpo de la joven y todo el coche, lo que provocó su muerte por asfixia y que fuese hallada calcinada en el interior del maletero.

'EL ENANO' SE DIO A LA FUGA Y FUE DETENIDO UNA SEMANA DESPUÉS

Producidos los hechos, el acusado, quien se encuentra en prisión provisional desde el 26 de julio de 2010 y cuenta con numerosos antecedentes penales, se dio a la fuga hasta ser arrestado una semana después del rapto, búsqueda que generó una gran expectación y supuso un amplio despliegue policial en la isla. Tras ser detenido, De Abarca confesó, pese a que en un primer momento negó su vinculación con el suceso, que mató a Niculai con una inyección de heroína.

Según aseguró, su única intención era robar el vehículo de la joven para ir hasta Son Banya a por droga. Según las pesquisas, Niculai fue secuestrada cuando se disponía a salir del garaje en el que guardaba su vehículo para acudir a su lugar de trabajo, un bar que regentaba, junto a una socia, en la calle Socorro de Palma. Nunca llegó al establecimiento.