La crisis también ha afectado al número de vehículos que circulan a diario por las carreteras mallorquinas. El descenso ha supuesto en torno a un 2% menos de vehículos. Es el vivo reflejo de la recesión y del elevado precio del combustible. Esta carestía de la gasolina y del gasoil ha propiciado una preferencia por las playas más cercanas de la isla en lugar de las más alejadas. Las playas de Alcúdia y Can Picafort son algunas de las más afectadas por esta circunstancia.

En verano, el número de vehículos que circula por las carreteras de Mallorca es aproximadamente el doble que en invierno. Cualquier choque, por mínimo de sea, puede complicar sobremanera el tráfico. En cambio, en invierno se registran un mayor número de accidentes que en pleno estío, pese a un menor trasiego de coches.