La fiscalía reclama penas que suman 55 años de prisión para una mujer acusada de pegar fuego a la casa de su cuñado de madrugada cuando toda la familia se encontraba durmiendo en el inmueble en Inca a finales de 2011. La sospechosa, de 38 años, supuestamente accedió a la vivienda con una llave, subió a la planta superior y roció con gasolina la puerta de las habitaciones donde descansaban una pareja y sus dos hijos, así como otras estancias. Luego, incendió unas prendas de ropa y se marchó del lugar una vez cerró con llave la puerta principal para que los moradores no pudieran escapar de las llamas.

La procesada está acusada de cuatro delitos de asesinato en grado de tentativa y otro de incendio en casa habitada, por tratar de matar a la familia de su cuñado, con la que mantenía una mala relación, según el ministerio público. El fuego se saldó con los cuatro residentes, unos padres y sus dos hijos, intoxicados por inhalación de humo. Además de los 55 años de cárcel que solicita el fiscal para la presunta incendiaria, también pide una prohibición de aproximarse a las víctimas por un periodo de 17 años y una indemnización de 33.690 euros por los desperfectos ocasionados y otros 4.000 por las lesiones y secuelas que padecen los perjudicados.

El juicio contra la mujer, de nacionalidad española, está previsto que se celebre el próximo martes en la Audiencia Provincial de Palma. El tribunal de la sección segunda será el encargado de enjuiciar el caso.

Los hechos se remontan a la madrugada del pasado 25 de octubre de 2011 cuando la procesada, con ánimo de matar a la familia de su cuñado, cogió del interior del garaje una garrafa de gasolina, las fundas de unos cojines de su propiedad, así como las llaves de la casa de su cuñado, que estaban a su disposición en el aparcamiento, según la versión de la fiscalía. Acto seguido, se dirigió al domicilio, en Inca, e hizo uso de las llaves para acceder al inmueble, aprovechando que en ese momento su cuñado dormía junto con el resto de su familia.

Una vez dentro de la vivienda, la sospechosa supuestamente subió a la planta superior, donde roció con gasolina la puerta de la habitación donde dormía el matrimonio, y también la puerta del dormitorio de sus hijos. También vertió combustible en el distribuidor y pegó fuego a las fundas de los cojines. Poco después, bajó a la planta inferior, donde también echó gasolina en la entrada y prendió otras prendas de fibras de poliéster de los cojines. Finalmente, antes de huir, cerró con llave la puerta principal a fin de que las víctimas no pudieran salir de allí, según el ministerio público.

La acusación señala en su escrito de conclusiones provisionales que la imputada mantenía malas relaciones con la familia de su cuñado y que tenía "pleno conocimiento" de la distribución de los dormitorios de la casa.

Una vez iniciado el fuego, el cabeza de familia, cuñado de la procesada, se despertó asustado por el ruido de una fuerte explosión. El hombre fue a la habitación de sus hijos, menores de edad, y los puso a salvo de las llamas al llevarlos a la terraza del dormitorio. Luego, se dirigió de nuevo a la habitación donde se hallaba su mujer y la sacó de allí.

El perjudicado fue a la entrada principal de la casa y comprobó que había sido cerrada con llave. Por suerte, instantes después, los cuatro integrantes de la familia consiguieron escapar del domicilio en llamas. Las cuatro víctimas sufrieron una intoxicación por inhalación de humo y el inmueble sufrió cuantiosos daños.