Miquel Maimó, jardinero de la empresa es Carritxó, estaba trabajando con una excavadora en Cala d´Or el martes por la tarde, cuando se desató la tormenta. En cuestión de minutos la calle quedó convertida en un caudaloso torrente que avanzaba hacia el mar. Y en medio, un coche con una mujer en su interior, empujado como un juguete por la fuerza del agua. "Me di cuenta de que la riada lo empujaba hacia el mar y la conductora no podía hacer nada por controlarlo, así que fui con mi vehículo y lo detuve con mi pala".

Fue uno de los varios casos de salvamentos en el último momento que se registraron en la zona de Cala d´Or, donde la violenta tormenta golpeó con más fuerza. "Durante apenas una hora, entre las cuatro y media y las cinco y media, se desató un auténtico infierno", dijo un vecino.

Los municipios del sureste de la isla fueron los más afectados por la tromba de agua. La tormenta alcanzó la isla por Andratx y barrió toda la parte sur, de oeste a este. Pese a que inicialmente los puntos en los que se situaron la mayor cantidad de avisos de emergencia fueron Andratx, Calvià, Marratxí y Palma, posteriormente se comprobó que los daños más graves estaban localizados en la zona de es Migjorn. Tanto en la Colònia de Sant Jordi, como en los núcleos costeros de Cala Figuera y Cala d´Or se produjeron enormes daños materiales, provocados sobre todo por la caída de árboles sobre coches, casas y terrazas.

Casi fue un milagro que no hubiera más daños personales. Según fuentes de la Policía Local de Santanyí, solo hubo un herido. Un hombre que iba con su coche por Cala d´Or al que le cayó encima un árbol. Las ramas le rompieron los cristales y sufrió cortes en la cabeza que obligaron a darle varios puntos de sutura.

Fue el único herido. Decisivas intervenciones como la de Miquel Maimó, o la de las dotaciones de Guardia Civil y Bombers, que rescataron al menos a cuatro personas que estaban en el interior de vehículos que eran arrastrados por las riadas, evitaron desgracias mayores. En total 26 personas fueron desalojadas de sus viviendas, que quedaron inundadas.