Cuanto más se escarba, más sale. Los investigadores de la Guardia Civil y la Policía Nacional están descubriendo nuevos delitos atribuidos a la banda de atracadores paramilitares desarticulada en la "operación Kraken" hasta reconstruir sus actividades criminales de los últimos años, que la convierten posiblemente en el peor grupo de delincuentes organizados de la historia reciente de la isla. Por ahora se les imputan 17 delitos graves, la mayoría asaltos a domicilios de personas pudientes en los que usaban armas de fuego -incluso un fusil de guerra- y donde no escatimaban la violencia. Las investigaciones han puesto de manifiesto la planificación de sus golpes. No en vano la mayoría de los asaltantes eran o habían sido militares profesionales.

Agentes del Grupo de Delitos contra el Patrimonio de la Policía Judicial de la Guardia Civil arrestaron el pasado 27 de febrero al grueso de la banda -tres hombres en Palma y otro más, soldado profesional, en un acuartelamiento militar de Jaca, en Huesca-. Era la culminación de la "operación Kraken", iniciada un año y medio antes tras el asalto al chalé que la directora general de Air Europa, María José Hidalgo, tiene en la urbanización Puig de Ros, en Llucmajor, en agosto de 2011. Y la guinda fue el hallazgo, en casa de uno de los sospechosos, de un fusil de asalto HK G36, un arma de guerra sustraída unos meses antes en la base militar Jaume II, la antigua General Asensio, y que había sido empleada en varios asaltos.

Aparte del arrestado en Jaca -sargento del Ejército-, otros dos de los detenidos habían sido militares profesionales y uno de ellos trabajaba como personal de seguridad en un pesquero que faenaba en aguas de Somalia. Esta circunstancia llevó a retrasar durante varios meses los arrestos, ya que los investigadores tuvieron que esperar a que regresara a España. Eran aficionados a juegos como el "airsoft", donde se simulan combates con réplicas de armas de guerra que disparan bolas de pintura, y planificaban los asaltos con una precisión militar. Los cuatro detenidos, acusados de diversos asaltos con violencia en domicilios de toda la isla, ingresaron en prisión.

Los resultados de la "operación Kraken" permitieron avanzar a la Policía Nacional en la resolución de tres espectaculares asaltos a los dos centros comerciales que Carrefour tiene en Palma, así como en el secuestro que sufrió una encargada del restaurante McDonalds de Son Rapinya durante un robo frustrado. En uno de los asaltos llegaron a robar de madrugada un camión militar de la base Jaume II, circularon con él por la Vía de Cintura hasta el Carrefour de es Coll den Rebassa, y allí lo estamparon una y otra vez contra la cámara acorazada del centro, en un intento de abrir un boquete para acceder al dinero. No lo lograron y tuvieron que marcharse de vacío.

La Policía excarceló a los sospechosos presos y arrestó a principios de mayo a otros tres miembros de la banda en Palma y Barcelona. Entre ellos estaba un vigilante de seguridad del centro comercial, que presuntamente suministró información clave para diversos asaltos y habría tenido una participación activa en otros. Este detenido también ingresó en la cárcel de Palma.

Una frenética carrera criminal

Pero la cosa no ha acabado ahí. Las posteriores investigaciones de la Guardia Civil y la Policía Nacional han permitido reconstruir las andanzas anteriores de la banda hasta confirmar su autoría en diversos asaltos que hasta ahora permanecían sin resolver. En las últimas semanas los presos han sido excarcelados para prestar declaración en los juzgados por su relación con estos hechos. Por ahora la Guardia Civil les imputa doce delitos graves, sobre todo asaltos a mano armada en domicilios, mientras que la Policía Nacional les considera responsable de otros cinco, tres de ellos en los distintos centros Carrefour de Palma. En total habrían conseguido un botín de más de 300.000 euros.

Estas investigaciones permitieron a la Guardia Civil detener a otro presunto miembro de la banda a finales de mayo, un cabo primero del Ejército que habría participado en varios asaltos. Con él son seis los arrestados que han ingresado en prisión.

La Guardia Civil sospecha que el primer asalto protagonizado por la banda se remontaría a 2008, cuando varios hombres con fusiles -posiblemente réplicas como las utilizadas en el "airsoft"- irrumpieron en el chalé de un millonario británico en Calvià y amenazaron a los moradores para que abrieran la caja fuerte. Sin embargo, su autoría en este caso no ha podido ser aún probada.

De manera que el primer delito atribuido oficialmente a la banda sería un espectacular intento de robo en el centro comercial de Carrefour de es Coll den Rebassa. El 8 de mayo de 2009 los ladrones se introdujeron en la base militar General Asensio, repararon un camión militar que estaba apartado por avería y se lo llevaron. Circularon con él por la Vía de Cintura y la autopista de s´Arenal, y una vez en el centro comercial, embistieron una y otra vez contra las paredes de la cámara acorazada, en un intento de acceder al lugar donde se guardaba el dinero. Sin embargo no pudieron derribar la pared y huyeron de vacío.

Lo volvieron a intentar en el mismo centro comercial el 2 de octubre de 2009. Entraron por una ventana, abrieron un butrón y se llevaron su primer gran botín: 107.000 euros.

Posteriormente, el 15 de marzo de 2010 perpetraron un robo en el ayuntamiento de Bunyola. Los ladrones se llevaron dos uniformes de la Policía Local y un sonómetro. Luego emplearon estos uniformes en el siguiente delito que se les atribuye, el 4 de mayo, en s´Arenal. Los delincuentes iban disfrazados de policías, con lo que lograron que les franquearan la puerta. Dos años después volvieron a atracar a la mujer en el mismo domicilio.

El siguiente fue el golpe estrella de la banda, de nuevo en Carrefour. Fue en junio de 2010. Accedieron a las oficinas centrales vestidos como personal de mantenimiento, amenazaron a la cajera con un arma de fuego y lograron que les entregara 176.000 euros.

El 26 de enero de 2011, con la complicidad de un soldado destinado en la base Jaume II, lograron sustraer un fusil de asalto HK G36, arma reglamentaria del Ejército, con una gran capacidad de fuego. No tardarían mucho en utilizarla.

El 24 de agosto siguiente, unos encapuchados sorprenden y encañonan con el fusil al vigilante de seguridad del chalé de María José Hidalgo, directora general de Air Europa, en la urbanización Puig de Ros, en Llucmajor. Los ladrones no encuentran dinero en la casa y se marchan con un botín escaso, un teléfono móvil y los grilletes que le arrebatan al vigilante.

Al día siguiente lo intentan de nuevo en otro chalé de Costa den Blanes, donde maniatan a una de las víctimas con los grilletes robados. Se llevan 850 euros.

El 21 de abril de 2012 hay otro asalto en un chalé de Son Gual. Los asaltantes disparan al aire con el fusil, encañonan a las víctimas y hieren a una. De ahí se marcharon a otro domicilio de la familia, donde asaltan a la mujer. Era la misma que fue atracada el 4 de mayo de 2010.

Desde entonces los delitos presuntamente perpetrados por la banda se sucedieron. El 2 de mayo de 2012 asaltaron a un matrimonio de ancianos en su domicilio de Campanet. Lograron unos 1.000 euros. El 11 de junio lo intentan en un chalé de Cala Vinyes, en Calvià, pero huyen de vacío cuando se dispara la alarma. El 14 de julio de 2012 atracan a mano armada al dueño de un local nocturno a su llegada a su casa, en s´Arracó. Le arrebataron 32.000 euros. En octubre atracan a un matrimonio de ancianos en un chalé de Can Pastilla. Les roban 300 euros y joyas.

El 2 de noviembre de 2012 asaltan de nuevo el mismo chalé de Costa den Blanes, aunque no logran ningún botín. El 26 de noviembre secuestran a punta de pistola a la encargada del restaurante McDonalds de Son Rapinya e intentan que les abra el local, pero no lo consiguen.

El último asalto que se les atribuye se perpetró en un chalé de Santa Maria, residencia de uno de los dueños de la cadena de joyerías Miró. Allí ataron y amordazaron a los residentes, entre ellos una mujer embarazada. Se llevaron varios relojes y dinero.

Aquí acabó su carrera criminal. A finales de febrero la Guardia Civil pone en marcha la fase final de la "operación Kraken". En una espectacular actuación son detenidos los cuatro principales sospechosos, en Palma y Jaca, y se recupera el fusil sustraído. Era el fin de la banda.